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Habitantes del lado colombiano de la frontera con Venezuela marcharon ayer en defensa de la “dignidad” de sus compatriotas deportados y para ratificar su hermandad con ese país, que hace más de dos semanas cerró el paso entre Norte de Santander y Táchira.
Con camisetas blancas y amarillas de la selección colombiana de fútbol, unas 500 personas caminaron desde el Templo Histórico de Villa del Rosario hasta la entrada del puente internacional Simón Bolívar, que une a Colombia y Venezuela y es el paso más activo de la frontera común.
El punto de partida de la marcha fue simbólico pues en ese templo se instaló en 1821 el Congreso de Cúcuta en el que el Libertador Simón Bolívar y el general Francisco de Paula Santander dieron vida a la Constitución de la recién creada Gran Colombia.
“Por la dignidad de Colombia”, “Por el respeto al derecho de los colombianos”, “Por la solidaridad con las víctimas de las deportaciones masivas”, “Por la reapertura de la frontera”, “Por el respeto al legado que nos dejó Simón Bolívar”, repetían los organizadores mientras los asistentes respondían “presente”.
Sobre la marcha, Édgar Díaz, gobernador de Norte de Santander, dijo a EFE que este movimiento cívico fue organizado por la Academia de Historia del departamento para decirles a los dirigentes venezolanos que de este lado de la frontera se pide que se respete “la dignidad y el debido proceso a todos los colombianos”.
“Queremos seguir siendo esos hermanos que siempre hemos sido, pero sí pedimos el respeto para nuestros connacionales”, añadió Díaz, al señalar que también abogan por la reapertura de la frontera.