María
Es lo que tendría que decir su padre si estuviera vivo, pero el hombre de Sabaneta, el que exclamaba “que ser rico es malo”, siempre tuvo un doble discurso. Junto a todos sus seguidores, hicieron del chavismo, la mayor fábrica de corrupción que se ha visto en América Latina.
Según fuentes parlamentarias venezolanas, la suma desfalcada asciende a un monto de 700 mil millones de dólares en 16 años. No bastó robar el ingreso petrolero. Tuvieron también que negociar las riquezas naturales, aunque destruyeran el equilibrio ecológico del Arco Minero.
Son los “hijos de Chávez”, sus clanes que conforman la cúspide. Los más poderosos: los Chávez, los Maduro-Flores, los Cabello y los Padrino. Roban y dejan robar, echan raíces como el cáncer, surgen los Ramírez, los Rodríguez, El Aissami, la Lucena.
Grandes y chiquitos todos los que ocupan cargos tienen su tajada, Rocco Albisinni presidente de Concoex; Alejandro Fleming Cabrera, viceministro para Europa; Simón Zerpa, vicepresidente de finanzas de PDVSA; y Carlos Malpica Flores, extesorero nacional y exvicepresidente financiero de PDVSA..
El exministro de Obras Públicas Haiman El Troudi, destaca el Teniente Alejandro Andrade, extesorero de la nación con una fortuna estimada en cinco mil millones de dólares. Wilmer Ruperti, quien mejor representa el “empresario chavista” con una fortuna estimada en mil 600 millones de dólares.
Diosdado, su hermano José David y el vicepresidente El Aissami, forman un clan vinculado al narcotráfico y al extremismo islámico, hicieron metástasis en Kalil Mayed, lobista chavista en el mundo árabe, cuya fortuna se estima en 400 millones de dólares, aparece vinculado a José Vicente Rangel, a su esposa, a Diosdado Cabello quien es su socio en la Empresa Eveba, a Tarek William Saab y a militares de alto rango.
Una mención especial merece María Gabriela Chávez, la reina del arroz, se ganó ese apodo después del escándalo de importación de arroz proveniente de argentina. Es considerada en la prensa internacional como la mujer más rica de Venezuela, su fortuna está evaluada en 4.2 millardos de dólares y se supone se encuentra en cuentas bancarias americanas y de Andorra
La ironía de la historia es que, si comparamos a Chávez y Maduro con los presidentes de la democracia de la cuarta república, observamos como los hijos de Betancourt, Leoni, Lusinchi, Caldera, Pérez o Herrera Campins, ninguno resultó heredero de fortunas. Chávez dejó una herencia de parásitos del estado; también nos dejó un país dividido, sin capacidad de producción, endeudado, lleno de pobres y de cubanos castristas.