jueves, enero 9, 2025
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“Más de 5 siglos de Resistencia Indígena: Conquista, colonización y neocolonización”

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El 12 de octubre de todos los años, nativos y criollos conmemoran y recuerdan a través de actos simbólicos las acciones de firmeza y fuerza con que los aborígenes del pasado resistieron a los procesos de conquista y colonización. 

Un año más se suma a la historia del llamado “período de contacto” “día de la Resistencia Indígena”, “encuentro de dos mundos”; distintas acepciones que intentan dar una explicación al proceso de ocupación y despojo territorial que sufrieron los antepasados por parte de los colonizadores que de una u otra forma intentaron minar las bases históricas y ancestrales de las diversas culturas y pueblos indígenas que se localizan y distribuyen en la amplia geografía de lo que hoy es Venezuela. 

Significa entonces, que el 12 de octubre de todos los años, nativos y criollos conmemoran y recuerdan a través de actos simbólicos las acciones de firmeza y fuerza con que los aborígenes del pasado resistieron a los procesos de conquista y colonización. Caribes, Arawakos y Chibchas, son las grandes familias lingüísticas que conformaban las variadas y diversas culturas de la Venezuela prehispánica, grupos humanos que ya tenían una clara definición de ocupación territorial diferenciada por áreas cuya base de identidad era el modo de relacionarse con la naturaleza y su contenido en recursos para el sustento de la vida. 

Expertos en el tema del estudio de poblaciones humanas precolombinas (Acosta Saignes, Mario Sanoja e Iraida Vargas) sostienen la idea de que el territorio de lo que hoy es Venezuela se encontraba ya delimitado en áreas de agricultores avanzados (Los Andes y Formación Falcón-Lara), áreas de agricultores medios (Caribes occidentales y Costa caribeña) y en áreas de recolectores, cazadores y pescadores especializados, semisedentarios al igual que grupos nomádicos ( localizados en las áreas orinoquense, La Guajira, Alta Guayana y Amazonía). 

Es evidente que desde tiempos antiguos, desde siglos desconocidos y desde antes de la llegada del occidental a tierras hoy americanas, los aborígenes daban un sentido de identidad  y espiritualidad ancestral a sus territorios, de allí, que las acciones de conquista fue un hecho que marcó a los pobladores nativos y su relación con la naturaleza. Acciones como desterritorialización ancestral, despojo, expoliación y expulsión fueron los hechos de más transcendencia histórica y que hoy recordamos para dar valor a los grandes hombres que con ardua valentía han brindado una herencia cultural milenaria a los venezolanos; hoy Venezuela desde sus más profundas raíces culturales debe retomar su esencia de nación con una alta pluralidad de culturas aborígenes (42 pueblos indígenas).

Es solo revisando el pasado, retomando los orígenes y reencontrarnos con ese legado, que los venezolanos hallaremos la manera de afrontar las dificultades que como nación venimos pasando en esta historia contemporánea. Esta reflexión lleva a razonar sobre el papel actual del Estado venezolano ante los pueblos y comunidades indígenas, ya que es durante el período del llamado “Socialismo del siglo XXI” donde se sostiene el discurso de “igualdad e inclusión de las minorías étnicas” en Venezuela.

Un discurso tan enfático en la idea de “inclusión” que confirió todo un Capítulo de la Constitución de 1999 a los Derechos de los Pueblos Indígenas (Capítulo VIII). De hecho, son ocho artículos dedicados a los Pueblos Indígenas, los cuales invocan el reconocimiento del Estado venezolano a la existencia, presencia, organización social, cultura, costumbres, idioma, hábitat, derecho y propiedad sobre tierras ancestrales, formas de vida, cosmovisión, espiritualidad, educación, salud, no con ello, argumenta que el Estado garantizará el goce de derechos de vida a todas las comunidades y pueblos originarios.

Este atractivo discurso de “inclusión, igualdad y reivindicación de pueblos indígenas en sus territorios” despertó esperanzas e ilusiones en los más de 40 pueblos indígenas de Venezuela, a este parecer se manifestaba el anzuelo de conquista político-partidista impulsando un discurso de victimismo, sufrimientos y resentimientos en comunidades que a juicio de quien suscribe estas líneas, ya es un hecho histórico superado y que solo merece ser recordado para fortalecer nuestras fuerzas de venezolanidad ancestral. 

Esto se señala porque no es posible que se use con el dedo de culpa lo sucedido hace cinco siglos como origen del problema de la actual  situación de los pueblos indígenas venezolanos, hoy por hoy reposa sobre los pueblos indígenas una brutal desidia y barbarie que incluso se iguala a los hechos sucedidos en la conquista y la colonia. No se niega ni se deja de reconocer el papel que jugó el expresidente Chávez, en su idea de materializar las acciones de reivindicación de los indígenas, sin embargo, el actual Gobierno obliga a que nativos venezolanos opinemos que se vive una especie de neocolonización, tanto ideológica como territorial en los miembros de las diversas comunidades indígenas. 

Como venezolano nativo puedo opinar sobre esa realidad, la condición de los pueblos indígenas venezolanos no es fácil digerirla, más aun cuando los derechos de propiedad de tierra, es una quimera que solo se expresa en el papel; hoy los indígenas sufrimos la expulsión de nuestras tierras por decisiones de un Gobierno que se dice ser “Socialista” pero que inicia la explotación minera al estilo expoliador, de lo que en otrora eran los “colonizadores” o más aún al estilo salvaje de lo que ellos llaman “capitalismo explotador”, esto lo señalo por el caso del Arco Minero del Orinoco, donde indígenas son expulsados de tierras ancestrales y sometidos a un posible problema de desarraigo cultural e imposición de valores ajenos a la cultura ancestral. La asistencia médica y de educación es una promesa que no se cumplió, de hecho, varias ciudades venezolanas están desbordadas por un éxodo de indígenas que huyen de las selvas, de las montañas, de las serranías y de sus hábitats en busca de alimentos, e inclusive huyen fuera de nuestras fronteras, tal es el caso de los grupos Warao que huyen a Manaos en el Brasil reseñado en mayo pasado por la BBC, o los grupos Yukpa que huyen a Colombia, reseñado por el diario El Tiempo de Colombia y el diario El Nacional de Venezuela en septiembre pasado de este año 2017. 

Entonces, es el “Socialismo del siglo XXI” el sueño de reivindicación,  igualdad e inclusión que tanto esperábamos los indígenas?, pues creo que más bien hemos experimentado un proceso de expulsión y expropiación de tierras nativas que solo ha alterado los modos de vida generando una dependencia absoluta de las limosnas que reparten en forma de una agobiante bolsa de comida, acciones muy similares a las encomiendas del colonizador del pasado, en esta ocasión solo persiguen la conversión ideológica al comunismo que en esencia no tiene nada que ver con la historia y la cosmovisión ancestral de nuestros pueblos. 

De igual manera, y con base a los resultados de investigación de las publicaciones de la Revista SIC del centro Gumilla,  los indicadores de salud en la población indígena son alarmantes, la realidad es que la población nativa venezolana acrecientan los datos de mortalidad infantil, desnutrición, mortalidad general y morbilidad (enfermedades endémicas tropicales). La ausencia de medicinas y la falta de una adecuada alimentación condena a los indígenas a un destino incierto tal y como estaban en el pasado, en el siglo XVI, pero hoy por causa de una terquedad criolla de los llamados socialistas, que a costa de todo pretenden perpetuar el poder sin sentir las dolencias de un pueblo nativo que grita: “similares acciones al colonizador del pasado muestran los llamados socialistas que hoy gobiernan el país burlando la condición y la dignidad humana de lo que en otrora del discurso socialista eran los “pobladores originarios”. 

Po tal razón, “Socialismo y Comunismo” no son legados de nuestros ancestros indígenas, desde los actuales políticos se persigue una homogenización ideológica que busca neocolonizar la mente y la conciencia de los diversos pueblos nativos venezolanos. No es Marx, no es Engels, no es Lenin, no es Castro, no es Ché Guevara, tampoco Chávez ni mucho menos Maduro los hombres a quienes nuestras creencias, nuestros ritos, nuestras historias, nuestra espiritualidad rinden tributo hoy 12 de octubre, más bien es la Tierra, la lluvia, la naturaleza, los ancianos, los chamanes, los curanderos y caciques los que realmente respetamos y valoramos como verdaderos guiadores de la vida y la continuidad ancestral de la existencia indígena venezolana. 

De allí, que hoy el llamado es a que sigamos en “Resistencia Indígena Ancestral”, en toda nuestra existencia humana sobre la “Madre Tierra” los nativos hemos tenido que superar grandes problemas, nuestras tierras, nuestros ritos, nuestros dioses, nuestra dieta e inclusive nuestros hijos han sido objeto de ambición por parte de colonizadores y en estos momentos no es la excepción de que los socialistas desean neocolonizar nuestras vidas con falsas y erróneas políticas de inclusión. Opresión, esclavitud, humillación, desidia, hambre, desterritorialización, golpes, amenazas e intimidación, así se traduce la actual situación y trato hacia los indígenas en Venezuela, por tal motivo en este memorable día invito a ONGs, Fundaciones, Universidades Nacionales e Internacionales, Unesco, Acnur, FAO, Unicef e Investigadores sociales independientes que en Venezuela su población nativa es digna de estudios geográficos, históricos, sociológicos, antropológicos, culturales, etnográficos, nutricionales y médicos, pues lo que hoy vivimos los nativos en este país amerita de estudios multidisciplinarios que lleven a entender, por qué aun después de cinco centurias del primer episodio de etnocidio hoy parece que similares acciones revisten a esta población. 

Es asunto serio, es un asunto humano, es un asunto de compromiso y servicio a la humanidad, y por ello, hoy un wayúu Pushaina habla a Venezuela y quisiera que también estas líneas llegaran a distintos países del mundo para que hoy 425 años después, aun mantenemos una alta carga de dolor para poder decir que ya basta de disfraces, esta Tierra de Gracia, hoy Venezuela no tiene relación histórica alguna con el origen de un pensamiento comunista-socialista, esos elementos de las doctrinas marxistas son sofismas ajenos a lo que nuestros ancestros, patriarcas y matriarcas nos enseñan. Desde niño mis abuelos enseñaban el diálogo, la tolerancia, la no imposición y la aceptación de lo variado, tal como es la tierra tolerante, cambiante, diversa, multicolor y sobre todo benigna, ella no nos deja pasar hambre ni mucho menos nos extingue. Solo exigimos continuidad, y para ello déjennos trabajar para poder construir vida, para alimentar nuestros hijos y para seguir vivos en la Venezuela de la Multiculturalidad.

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* Wayúu Pushaina. Profesor de Geografía Humana de Venezuela; Departamento de Geografía Humana; Escuela de Geografía; Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la Universidad de Los Andes (ULA); Coordinador General de Asuntos de Estudiantes Indígenas de la Universidad de Los Andes. Miembro de la Comisión de Currículo de la Escuela de Geografía de la Universidad de Los Andes. edwuind@ula.ve; Mérida-Venezuela. 

 

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