Masacre electrizante

Esto es una masacre jamás vista en los anales de 130 años de historia eléctrica de Venezuela. La corrupción mata el presente y el porvenir de todos. El mutilar la infraestructura existente raspando la olla, indica que estamos ante un nuevo nivel de perversidad

La demagogia, un vicio de larga data le da un mal nombre a la política y está asociada al arte de influenciar una matriz de opinión engañosa y acomodaticia, para influenciar a la opinión pública, pero cuando esa demagogia se combina con la opacidad y la corrupción del tesoro de la nación, estamos ante una masacre de proporciones electrizantes. Tal es el caso que sucede con las declaraciones emitidas el pasado 8 de noviembre por el ministro censurado de Electricidad de Venezuela, en cuanto a la continuada crisis eléctrica de la región zuliana.

Luego de 320 días de intervención del Sistema eléctrico zuliano, el ministro alega la recuperación de “un mil 200 MW”. Veamos la realidad. Antes de esta intervención, el Zulia contaba con tres mil 35 MW instalados en sus plantas, 1.350 MW por transmisión con el Sistema Interconectado Nacional, SIN, más 300 MW por la interconexión con Colombia, dando una capacidad de suministro de cuatro mil 685 MW. Al Zulia se le ofreció aumentar la transmisión en 450 MW y la restauración de un mil cinco MW de sus plantas locales, que promediaban 300 MW de esta crisis inducida. 

Los resultados son una burla a la ingeniería, la nación y la buena fe de los zulianos. 1) En vez de quedar con dos mil 100 MW se queda con un mil 350 MW de capacidad por transmisión. 2): En vez de, tener un mil 355 MW de sus plantas, se informó que solo producen 400 MW. Es decir, se perdió 750 MW por transmisión y apenas se ganó 100 MW de generación. Cualquier demanda por encima de 1750 MW, expone su transmisión a peligros inadmisibles. Todo esto después de malgastar 848 millones de dólares.

El Zulia perdió un mil 555 MW en capacidad de suministro y la causa raíz del problema sigue vivita (debilidad de sus MW). Esto es una masacre jamás vista en los anales de 130 años de historia eléctrica de Venezuela.

La corrupción mata el presente y el porvenir de todos. El mutilar la infraestructura existente raspando la olla, indica que estamos ante un nuevo nivel de perversidad. Lo triste es que muchos se creen el cuento del ministro, pero la ética y el conocimiento no mienten. ¡Pa’lante que para atrás espanta!