Tener un restaurante propio es el sueño de la mayoría de los participantes de MasterChef latino, que son el principal ingrediente de un concurso que evidencia el porqué América Latina está conquistando a los estadounidenses por el paladar.
Tener un restaurante propio es el sueño de la mayoría de los participantes de MasterChef latino, que son el principal ingrediente de un concurso que evidencia el porqué América Latina está conquistando a los estadounidenses por el paladar.
Incluso habiendo sido eliminado en el cuarto programa del concurso de la cadena Telemundo, emitido el pasado domingo, el ingeniero informático mexicano David Nochebuena, de 52 años, dice a Efe que su reto a partir de ahora es ser el artífice del primer restaurante de Miami que obtenga una estrella Michelin.
La cubana Miriam Palomino, que a sus 75 años es la más mayor de los concursantes en esta versión hispana del famoso concurso de la productora holandesa Endemol, tiene pensado hasta el nombre de su restaurante para el caso de ser la ganadora del título y los 100.000 dólares de premio: “Abuela en candela”.
El lugar escogido es Kendall, un barrio al oeste de Miami donde vive esta concursante a la que todos llaman “abuela” y destaca por su gracejo, además de un recetario de tres generaciones de cocineras.
El sueño del venezolano King Sang Chang, de 26 años, es mudar el negocio de comidas que su familia tiene en Barquisimeto a Estados Unidos como un homenaje a su padre, un hongkonés ya fallecido que emigró a Venezuela y le contagió el deseo de fusionar la cocina china con la venezolana.
Como ejemplo de lo que puede dar esa fusión, menciona unas “lumpias” (rollitos primavera) rellenas de “pabellón criollo”, el plato nacional venezolano, que se compone de arroz blanco cocido, carne mechada, caraotas negras “refritas” y tajadas de plátano maduro frito.
Esta segunda temporada de Masterchef latino, que comenzó en mayo pasado y concluirá en agosto, comenzó con 15 concursantes divididos en tres equipos, cada uno comandado por uno de los jueces: Benito Molina, Ennio Carota y Claudia Sandoval.
Según dijeron a EFE fuentes de la producción, al “casting” para participar en la segunda temporada se presentaron más de mil candidatos, hispanos de todo Estados Unidos, de los cuales se seleccionó a 40 y luego, tras una serie de pruebas, a los 15, de los cuales tres ya han sido eliminados.
En esta segunda temporada MasterChef latino ha hecho historia. En la historia de los MasterChefs del mundo nunca había habido un concursante en silla de ruedas.
John Pardo, un venezolano de 45 años y residente de Miami, recibió un balazo en la espalda cuando tenía 21 años y vivía en su país natal y, como consecuencia, quedó tetrapléjico.
En un encuentro con la prensa celebrado este miércoles en la sede de Telemundo en Miami, Pardo dijo que a todo el mundo que cocina le gustaría tener un restaurante, pero que su sueño es viajar por el mundo y hacer documentales inspiradores sobre gastronomía.
“La cocina es una expresión del amor” y “sin amor ningún plato va a quedar bien”, subrayó para explicar su visión de lo que es ser un “chef”.
En unas declaraciones a EFE contó que cuando fue seleccionado dio las gracias a la dirección del concurso por favorecer la inclusión pero también pidió que no se le diera un trato de favor.
“Yo no me veo en silla de ruedas y no quiero que los demás me vean así”, dijo Pardo, quien no sabe todavía qué le está resultando más difícil: concursar en Masterchef o hacer el Camino de Santiago en España, un recorrido que hizo en 28 días y quedó grabado en un documental.
La colombiana Lauren Arboleda, de 28 años y residente en Miami, supo que estaba embarazada de su segundo hijo cuando ya estaba metida en los fogones de MasterChef, algo en lo que, según dice a Efe, también este concurso hispano ha marcado un hito.
Arboleda, que no tiene por ahora antojos ni problemas con los olores, siempre quiso abrir “un cafecito” para tener la satisfacción de que otras personas disfrutaran su comida, pero hasta ahora no encontró en su vida el momento de cumplir su sueño.
Puede que MasterChef latino sea la llave para lograrlo, dice la creadora del blog “Food from the Heart” (Comida del corazón) y en el que comparte recetas saludables y consejos para una vida mejor.
El mexicano Nochebuena, para el que la eliminación es a la vez “una motivación” para seguir avanzando en la cocina, responde con la palabra “totalmente” cuando se le pregunta si América Latina está conquistando a Estados Unidos por el paladar.
El estadounidense -dice- “se está dando a la tarea de probar nuevos sabores” y a pedir que los platos que degusta sean “la verdad” y no las adaptaciones hechas de cocinas como la mexicana, algunos de cuyos platos de “tropicalizaron” para gustar aquí, señala.
“Se ha estado comiendo una cocina mexicana que no existe en México”, subraya Nochebuena, quien cree que hoy las cosas están cambiando y se valora lo “verdadero” y los productos de calidad.
El aguacate, por ejemplo, que antes no se encontraba más que como guacamole y en determinados lugares, “es parte de la vida del 70 % de los estadounidenses y quizás me quedó corto”, subraya.
Presentado por la venezolana Gaby Espino, la segunda temporada de MasterChef latino tiene también como concursantes al dominicano Aurelio Rojas, la salvadoreña Nancy Orantes, el mexicano Dennis Escalante, la venezolana Dubraska Wawi, la mexicana María Luisa Balbuena, la puertorriqueña Noelían Ortiz, la colombiana Sara Ordóñez y el mexicano Javier Seañez.
Ya fueron eliminados David Nochebuena, Sergio Pérez y Ángel Cora.