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En la planta alta de un local fuera de funcionamiento encontraron el cadáver del peruano Pablo Sussoni, de 87 años.
El anciano y dos de sus parientes pernoctaban dentro del establecimiento, en la esquina de Santa Capilla, en el centro de Caracas, para cuidarlo. En enero les robaron toda la mercancía y los Sussoni se mudaron para el lugar para evitar que los saquearan.
La Policía informó a Últimas Noticias que los delincuentes sorprendieron a la familia mientras dormía. A las dos acompañantes del anciano las encontraron en la planta baja del local, las amarraron, las amordazaron y las encerraron en una habitación.
El anciano descansaba en la planta alta. Según las sobrevivientes, se defendió, luchó con los maleantes, por eso lo golpearon y luego lo apuñalaron al menos una docena de veces. Los asaltantes huyeron con lo poco que quedaba en el local.
Las mujeres detallaron a los oficiales que entre el botín había enseres de cocina, entre los que se incluyen bombonas de gas, además de un televisor y otros objetos de valor que luego abandonaron frente a la iglesia. Los artefactos fueron detectados por efectivos policiales durante su recorrido nocturno.
Los funcionarios recibieron la denuncia de unos vecinos. Cuando llegaron al establecimiento encontraron la puerta abierta. Escucharon los quejidos de las damas, siguieron el ruido que los condujo hasta la habitación y las desataron. Ellas corrieron en busca del anciano y lo encontraron muerto.
Las Sussoni dijeron que ahí funcionaba una arepera. En enero se metieron, robaron algunos artefactos y los productos. Desde entonces los tres dormían en el local. La Policía presume que les hicieron un seguimiento antes de atacarlos.
2 veces robaron a los extranjeros. En la segunda ocasión mataron a uno de los dueños