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En la calle San José del sector Puerto Escondido, asesinaron ayer en la mañana a Mailor Enrique Granado, de 22 años. Motorizados armados lo interceptaron mientras caminaba por la acera y le dispararon hasta dejarlo sin vida.
Granado, quien residía a pocos metros del lugar, en medio de su agonía intentó levantarse, pero se desplomó, inmediatamente sus verdugos huyeron, contaron los vecinos.
Los parientes cubrieron con una sábana el cuerpo, mientras llegaban los detectives. Uno a uno se desplomaba en llanto al acercarse a su cadáver. Todos se mostraron herméticos a los medios de comunicación, solo alegaban que no sabían nada, escucharon los disparos y al salir se encontraron a su pariente sin vida.
La mujer de Mailor se sentó al lado del occiso y le gritaba que había obedecido a su súplica de irse de un velorio en el que estaba, pero no imaginó regresar y verlo sin vida. “Despierta mi amor, levántate, ya estoy aquí”.
Los funcionarios de la Policía científica no descartan que la muerte de Granado esté relacionada con las bandas de sicariato, extorsión, robo y hurto de vehículo. Trasladaron el cuerpo hasta la morgue del Hospital de Cabimas, para hacerle la necropsia. Se conoció que Granado trabajaba como obrero en una cangrejera.