Matan a taxista de un tiro en el oído

Los asaltantes  abordaron a Rubén Darío Bencomo Soto (53) cuando dejaba a una cliente. El conductor se resistió a entregar sus pertenencias y le dispararon. La Policía informó que los delincuentes no údieron llevarse la camioneta, cargaron con el dinero de su víctima y huyeron por el barrio 18 de Octubre. Aún se desconoce su identidad

A Rubén Darío Bencomo Soto, de 53 años, unos antisociales lo abordaron, el pasado sábado a las 9.00 de la noche, para robarle sus pertenencias. Lo obligaron a estacionarse en la avenida 7 del barrio 18 de Octubre, parroquia Coquivacoa del municipio Maracaibo, y como se negó a entregar la cartera, el celular y su Gran Vitara gris, placa MCI85B, le dispararon en el oído, murió en el sitio.

Los familiares del occiso llegaron en dos vehículos a la morgue forense. Al descender de ellos comenzaron a abrazarse entre sí. Los gritos, el llanto y la desesperación eran colectiva. Las lágrimas de la esposa de José Antonio Bencomo, hermano de Rubén, lo llevaron aferrar el certificado de defunción contra su pecho y a sumarse a quienes lloraban.

El chofer salió de la línea Taxi Fátima para hacer una carrera, una conocida de la familia había solicitado el servicio. Al dejar a su clienta en el sector El Valle, barrio 18 de Octubre; unos delincuentes se aproximaron al vehículo, sacaron un arma de fuego y lo apuntaron por la ventanilla, le pidieron que se bajara y les entregara sus pertenencias, detalló la Policía.

En un intento por salvarse, Bencomo aceleró, pero se estrelló contra la pared de bloques de una vivienda. Una vez que los maleantes le dispararon, el cuerpo del taxista cayó sobre el volante, la sangre que salía de su oído le corría por el rostro, salpicó las ventanillas y parte del parabrisas. 

La pasajera presenció el asesinato. Permaneció parada junto a la camioneta hasta que los asaltantes se marcharon. Luego gritó desesperada por ayuda, aseguró un allegado a los Bencomo.

Tras el asesinato, la señora corrió hasta su casa, llamó a la Policía y a los familiares de la víctima. Una comisión del Eje de Homicidios llegó 15 minutos después a la barriada, los funcionarios acordonaron la zona, dispersaron a los curiosos que se acercaban para ver el cadáver; levantaron el cuerpo y posteriormente lo subieron en la furgoneta, el destino, la morgue forense.

Los parientes comentaron que a la víctima ya la habían asaltado antes para robarle un Malibú, en esa ocasión salió ileso y recuperó el vehículo con el cual trabajaba en la línea Rapid Taxi. Ahora, “no pudo correr con la misma suerte”, murió en manos de unos delincuentes, no se robaron la camioneta, le quitaron la vida y se llevaron el dinero que tenía en la cartera. 

 

 

 

 

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