sábado, diciembre 14, 2024
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Matan a tres primos y a uno de sus obreros

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Los curiosos se mantuvieron fuera del establecimiento hasta que sacron los cuerpos. (Fotos: Gastu00f3n Fernu00e1ndez)

A Elvis Acosta, a sus parientes Daliel y Adriana Mabel y a su trabajador, Francisco, los amarraron, los apuñalaron y dispararon dentro de una habitación. La familia comentó que la joven recibió amenazas hace dos semanas. La Policía se inclina a la venganza como móvil, sin descartar el crimen pasional por el ensañamiento contra las víctimas

La puerta de la residencia quedó abierta. Un pariente llegó en la mañana, entró en la casa y encontró en una de las habitaciones los cadáveres de los primos Adriana Mabel Acosta Garcés (29), Daliel Acosta Ardila (18) y Elvis José Acosta Ardila (16) y su obrero, Francisco Toro (38), colombiano. A todos los amarraron, los balearon y los apuñalaron.

Los vecinos del sector El Valle, municipio Rosario de Perijá, escucharon ayer, a la 1.30 de la madrugada, unas ocho detonaciones, pero no se atrevieron a salir por temor.

Al amanecer, los Acosta llegaron al lugar, porque allí mismo funciona un local comercial, se consiguieron a Adriana y a Elvis Acosta (17) con heridas de bala en sus cuerpos. Muy cerca estaba degollado y apuñalado Daliel. Toro, mejor conocido como el “Cachaco”, quien había llegado de Colombia para comprar un ganado y al parecer sostenía una relación con la mujer.

La Policía informó que todos bebían cuando llegaron los desconocidos, los asesinaron y se llevaron el Ford Ka, plata, de Adriana. Hasta ahora se inclinan al móvil de la venganza, porque a excepción del vehículo, no faltaba nada en su residencia. Las puertas no fueron violentadas y aseguran que alguien conocido tuvo que abrir el local.

Ninguna de las víctimas tenía antecedentes. La casa era propiedad de Adriana, quien vivía ahí con sus dos hijos. A la niña, de seis años, se la llevó su papá el lunes por la noche, mientras que su otro hijo desde hace varios días no estaba en su residencia.

Los familiares, los allegados y numerosos curiosos llegaron al sitio que está a 50 metros de la clínica Jesús María Romero, al final de la avenida Santa Teresa. Allí entre abrazos, lágrimas y gritos, lamentaban la muerte de sus seres queridos, de quienes se dijo se dedicaban al comercio.

Entre los curiosos y algunos allegados comentaron que Adriana recibió, el 17 de abril, amenazas el día de su cumpleaños. Un mensaje de texto que decía: “Celebra tu último cumpleaños”, y otro le advertía: “Aprovecha tus últimos días de vida”. Esto no lo denunció y no pasó de ser un comentario entre sus allegados.

 

 

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