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Los vecinos hallaron ayer, a las 9.00 de la mañana, el cuerpo sin vida de Alberto Cipriano Rincón Matheus, de 38 años, en una casa en construcción de la invasión Robert Serra. El cadáver yacía boca abajo. Aún brotaba sangre brotaba de su cuello, tenía los brazos hacia atrás, las manos atadas con mecates y signos de tortura.
La madre de la víctima desconocía, desde el pasado jueves a las 9.30 de la noche, sobre su paradero. Se enteró del asesinato luego de que el director de la línea de El Soler la llamara por teléfono para decirle donde encontraron el cadáver.
Al llegar a la invasión, un funcionario de la Policía regional condujo al ama de casa al lugar donde se tiraron el cadáver. La angustia la sobrecogió, llevó sus manos a la cabeza, se tiró en el suelo y comenzó a gritar: “¡Dios mío, mi hijo, mi pobre hijo!”. Nadie podía contenerla. El dolor la descontroló.
Mujeres, hombres y niños se acercaron a la casa en construcción luego de escuchar el llanto de la madre de la víctima. Las manchas de sangre que revestían las paredes sin frisar. A los lejos del cuerpo se observaba una camisa de rayas moradas y blancas empapada en sangre, se presume que pertenece a uno de los asesinos.
Hallaron su carro
Yovanny Matheus comentó que un amigo de su hermano lo llamó para que le hiciera un carrera de taxi, a lo cual accedió, partió en su Malibú marrón y nunca más volvieron a verlo hasta ayer.
Un funcionario de la Policía regional comentó que el vehículo apareció en el sector Las Tuberías, parroquia Ildefonso Vázquez del municipio Maracaibo. Un vecino le pareció extraño el carro abandonado, se acercó para observarlo, al percatarse de que en su interior había una tarjeta de una línea de taxi, la tomó y llamó a al cuerpo de seguridad.
Hasta el momento se maneja como móvil del asesinato el robo, sin descartar otras hipótesis. Las investigaciones apenas inician.