Matan a vigilante de un escopetazo en Las Pulgas

El cadu00e1ver de Yerfan Pereira permaneciu00f3 en la vu00eda pu00fablica hasta el amanecer. (Foto: Cortesu00eda)

Tres desconocidos atacaron a Yerfan Pereira, de 35 años, en la esquina de una librería. Le dispararon y huyeron por los pasillos del centro de la ciudad. Apenas tenía una semana como trabajador de seguridad

En un charco de sangre reposaba de medio lado el cadáver del vigilante Yerfan Pereira, de 35 años, en la esquina de una librería del Mercado Las Pulgas, en el casco central de Maracaibo. En la oscuridad del pasillo resaltaban las letras blancas en la parte trasera de su uniforme, donde se leía Seguridad Preventiva Las Pulgas; una silla plástica, azul, volteada; un vaso pequeño y una cucharilla de plástico. Sobre el piso de cemento roto no se encontraron casquillos, solo la mancha roja y espesa. 

Pereira cumplía su obligación de vigilar el bloque 12 de la avenida 12, parroquia Chiquinquirá, cuando tres desconocidos le dispararon ayer, a las 3.00 de la madrugada, con una escopeta en la cabeza. Los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica presumen que los asesinos lo encontraron distraído en su silla, se acercaron y sin mediar palabras le dispararon a quemarropa y huyeron a pie por los pasillos. Su deceso fue instantáneo.

Algunos buhoneros, indigentes y compañeros del vigilante escucharon la detonación y se resguardaron. Al cabo de unos minutos caminaron hasta el lugar y encontraron el cadáver del vigilante. 

Jorge Alvarado, supervisor del cuerpo de vigilancia, arribó también al sitio del homicidio y reconoció a uno de sus trabajadores.  Avisó al Destacamento de la Policía regional, estación Bolívar, y una comisión se dirigieron hasta zona para resguardar la escena del crimen hasta el arribo de los detectives.

Yerfan, un hombre delgado, moreno y de 1.70 de estatura, permaneció ante la vista de los curiosos hasta las 4.00 de la mañana. El cuerpo lo llevaron a la morgue forense de Maracaibo, donde esperan que algún familiar lo reclame. 

“No tenía ni una semana en el trabajo”, comentó uno de los trabajadores del estacionamiento del Mercado las Pulgas, en el antiguo Malecón de Maracaibo. 

Los oficiales manejan el ajuste de cuentas como principal móvil del homicidio. Sin descartar otras hipótesis. Pereira nunca les comentó a sus compañeros si durante su semana de labores tuvo problemas con algún delincuente de la zona.

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