Algunos
Desde toda Iberoamérica nos preguntan con frecuencia, cómo es posible que con todo el mal que el chavismo le ha proporcionado a Venezuela, esa dictadura se mantenga. Los venezolanos, no estamos luchando para derrocar un autoritarismo cualquiera. Enfrentamos una medusa, que en nuestro caso es un monstruo de tres cabezas: un régimen militar, comunista y narcotraficante. Desde la mitología griega hasta las explicaciones de la biología marina, la medusa es una cabeza llena de serpientes o un animal marino llamado aguamalas. Hay que tener cuidado con ella.
Las dictaduras militares del siglo XX en Latinoamérica se derrumbaron como un castillo de naipes, porque eran gobiernos personalistas, apoyados por camarillas militares y los EEUU. Ello fue lo que ocurrió con Perón, Odría, Rojas Pinilla, Pérez Jiménez, Trujillo, Duvalier, Batista, Somoza, para solo citar algunos casos.
Los tiempos son otros. La dictadura venezolana de Nicolás Maduro tiene el apoyo abierto de los militares beneficiarios de los recursos del petróleo, el narcotráfico y la corrupción. Esta última con tentáculos internacionales que se han ido descubriendo en Argentina, EEUU, Brasil, España, Suiza, Andorra, República Dominicana y Honduras. Cuando cambien los regímenes de Cuba y Nicaragua sabremos hasta dónde llegó la corrupción con estos gobiernos.
El neocomunismo de Rusia, China, Cuba y Vietnam tiene sus intereses en Venezuela. Apoyan a Maduro. Y aunque con menos poder que los anteriores Irán, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, brindan respaldo a la dictadura venezolana. A otros, como Colombia, les conviene un Maduro en el poder, porque reciben beneficios de la desventura del que otrora fuera uno de los países más ricos del mundo.
No hace falta explicar mucho por qué el Gobierno venezolano recibe un apoyo del comercio de los estupefacientes. Varios jerarcas del Alto Gobierno, familiares, están solicitados por la DEA, las fortunas que exhiben en inmuebles, automóviles, viajes, inversiones, comisiones de todo tipo, confirman la tesis que Venezuela se ha convertido en un narcoestado.
Esta explicación es necesaria, para que en el extranjero se tome dimensión del tamaño de la lucha que está librando el pueblo venezolano que en su mayoría adversa la dictadura. No es Venezuela, un país de población letrada que pueda explicarse en teoría lo que le ocurre. Algunos cifran la esperanza en un Perseo que le corte la cabeza a la medusa y hablan de un Larrazábal II, es decir de la necesidad de un levantamiento militar.