Mentiras revolucionarias y dolarización inminente

 

Resulta que hay un total de 13 bonos vencidos de deuda pública externa de la república por un monto de 1.300 millones de dólares que no han sido cancelados y otros 705 millones de dólares en cuatro bonos de deuda de la estatal petrolera

El propósito de mi artículo es señalar algunas mentiras revolucionarias por parte de voceros de la dictadura, la primera de ellas era que el país había renegociado sus pagos de deuda externa a corto plazo, tanto de la república como de la estatal petrolera, y con ello había superado la posibilidad de default; pues resulta que hay un total de 13 bonos vencidos de deuda pública externa de la república por un monto de 1.300 millones de dólares que no han sido cancelados y otros 705 millones de dólares en cuatro bonos de deuda de la estatal petrolera, los cuales ya están en su período de gracia.

Por los vientos que soplan se augura un posible panorama de impago, con lo cual estamos en una especie de default selectivo, debido a que se han realizado algunos pagos de intereses de bonos a acreedores importantes como Goldman Sachs para dar una buena imagen, pero no así con el resto de los tenedores.

Ello llevó a la agencia calificadora Moody’s a bajar la calificación de crédito del país de “C “ a “Caa3” denotando con ello una percepción muy negativa de la capacidad de pago de la república y la estatal petrolera, y calificando nuestra deuda como altamente riesgosa, ello sin duda demuestra los graves problemas de liquidez en divisas que tiene la economía del país, provocando que a inicios de año el tipo de cambio no oficial haya sufrido una devaluación hasta del 142 %, la cual ha bajado un poco debido a razones de tipo estacional.

Lo cual es otra mentira más por parte del régimen, según la cual el tipo de cambio no oficial está bajando, gracias al disparate y monumental fracaso de la criptomoneda petro, que no logró recoger un dólar, o por las fútiles subastas Dicom que no atienden ni siquiera al 1 % de la demanda de divisas del país. 

Ello nos lleva a la impretermitible conclusión de que dado un cambio de Gobierno, un proceso de dolarización de nuestra economía es inminente, para poder bajar de facto los índices inflacionarios, generar confianza en los inversionistas tanto venezolanos como extranjeros, siendo los primeros poseedores de más de $ 300.000.000.000 en cuentas en el exterior.

Buena parte de estos recursos harían falta para apalancar nuestra economía; eso sí con la desestatización previa de dicha actividad y la privatización de nuestra industria petrolera, donde el Estado asuma su papel de fiscalizador y recaudador, acompañadas con un conjunto de programas de financiamiento para la recuperación económica de parte del FMI, Banco Mundial, BID y La Corporación Andina de Fomento.   

 

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