Meritocracia

Donde se haya desarrollado el sistema de postulación de cargos a dedo por fidelidad y no por mérito es un pueblo ignorante y, analfabeta funcional.  Lo que sabemos desde antaño hasta nuestros tiempos, es producto de la información que adquirimos con nuestros sentidos

El mérito, en el sistema capitalista defendido por Adam Smith, Ricardo y otros teóricos de la economía es el reconocimiento de quienes poseen esa “mano invisible” que hace enriquecer a las naciones con esto a sus pueblos. Un pueblo donde no se reconozca el valor de su gente por pensar de forma diferente a quienes ostentan al poder, está signado por la desgracia. En definitiva, donde se haya desarrollado el sistema de postulación de cargos a dedo por fidelidad y no por mérito es un pueblo ignorante y, analfabeta funcional.        

Lo que sabemos desde antaño hasta nuestros tiempos, es producto de la información que adquirimos con nuestros sentidos, lo cual mediante una operación o desarrollo del sistema neurológico, se almacena en el cerebro para formar parte del “saber” que luego sería utilizado –o no- para nuestro desenvolvimiento cotidiano. En otras palabras, es lo sensible e inteligible combinado para cultivar nuestra inteligencia, por ende, poseer de este modo y no de otro sabiduría.

Platón afirmaba: “saber es recordar” y más recientemente confirmando lo que yo postulo, Bertrand Russel decía: “… lo que cada hombre conoce depende en un sentido importante de su experiencia individual, conoce lo que ha visto, oído, lo que ha leído y lo que se le han dicho y también lo que ha sido capaz de inferir a partir de estos datos”. Considerando esto, yo pregunto ¿Qué conocemos de otra manera que no sea por los sentidos?

Luego critico: ¿cómo es que un Gobierno que dice amar al pueblo le somete a la barbarie del racionamiento, mediante sistemas de distribución de alimentos entre quienes –ellos sus líderes- seleccionan a discreción a condición de fidelidad, no importando el mérito ni el desempeño que desarrolle por su intelecto, sino en la medida de cumplir órdenes? ¿Con qué objeto? La respuesta es más corta y sencilla que las preguntas 1) “En revolución quien no obedece no come” sentenciado por Trotsky; 2) mantenerse en el poder convirtiendo a su pueblo en esclavos.

No son brutos, son locos malos con poder, según Nietzsche en Mas allá del bien y del mal. Analfabetas funcionales que adquirieron conocimientos humanistas de Marx, más no humanitarios. Dueños de una estética sumamente inmoral.

 

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