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El Tri asumirá en el Kazán Arena un duro reto: ante la anfitriona, México deberá plantarse con contundencia frente a Rusia, que buscará con garra tumbar a los mexicanos para clasificarse a la ronda de semifinales de la Copa Confederaciones 2017.
“Jugamos en Kazán, ante 40 mil aficionados, el 90 % rusos, por la clasificación. Es una oportunidad extraordinaria para que nuestros jugadores demuestren jerarquía. Es un escenario único para el fútbol mexicano”, manifestó el estratega del combinado azteca, Juan Carlos Osorio. “Tendremos que mostrar nuestra idea de juego ante un equipo que repliega, aunque ellos tienen que ir a buscar el resultado”, añadió el técnico, que además adelantó que, en este último partido de fase de grupos, jugará “a transición o elaboración, también tenemos que decidir si tres centrales o dos. Lo veremos esta tarde. Pero nuestra idea será la misma, nuestros centrocampistas están a la altura de los mejores”.
Un empate le basta al cuadro mexicano para ubicarse entre los mejores cuatro del torneo FIFA. Tras haber vencido 2-1 a Nueva Zelanda, el rival más débil del grupo, el conjunto campeón de Concacaf llega con mejores posibilidades que el equipo local, que luego de debutar con un triunfo ante los neozelandeses no pudo con la Portugal de Cristiano Ronaldo, pero supo hacerla pasar apuros.
Osorio advirtió que el rival de turno es un “gran equipo” y que, “obviamente que con el apoyo de su gente, va a ser un rival muy difícil de vencer”, agregando, por otra parte, que en el elenco que dirige, “el grupo, todo se encuentra muy contento, muy optimista, muy decidido a jugar un buen partido y a tratar de asegurar la calificación”.
Para el compromiso no podrá contar con el defensa Carlos Salcedo, que sufrió una lesión que lo dejará fuera por lo que queda de la Copa, ni tampoco con Héctor Moreno, héroe del partido ante Portugal, que, por problemas de salud es duda para el encuentro de hoy.
En el Kazán Arena, el equipo de Concacaf, favorito a llevarse el título, deberá mantenerse frente a las aproximaciones de un combinado ruso que, frente a su gente, va por la histórica, avanzando a la fase de semifinales del evento celebrado en su país, que sirve de antesala para el venidero Mundial en 2018.