
Oriana
Desnutrición severa. Este es el diagnostico que los pediatras le dan a Oriana Araujo, una niña de Sinamaica que con solo año y medio de vida "se desmaya dos veces al día por hambre". Una evacuación líquida o un vómito son suficientes para que la pequeña pierda el conocimiento en los brazos de su madre Oscleybis Blanco, de 25 años, quien como puede se gana la vida para darle de comer a sus cuatro hijos “así sea con arepa”.
La joven de marcados rasgos wayuu, nacida en la capital del municipio Guajira, le contó a La Verdad que la salud de la menor de sus hijas la obligó a migrar a San Francisco porque “en la ciudad hay más hospitales, los de Sinamaica no tienen nada”. Los problemas de la niña comenzaron desde el séptimo mes de gestación cuando Blanco fue diagnosticada con placenta envejecida, aunque la pequeña debió ser sacada del vientre materno de inmediato, no fue así. “Yo me anduve todos los hospitales, el Castillo Plaza, el Chiquinquirá, el Noriega Trigo y no me atendieron”.
Oriana nació con un peso de tres kilos 200 gramos, pero a medida que pasaban los meses fue bajando de peso desmedidamente. Hoy pesa alrededor de los cuatro kilos, cuando el peso ideal para un infante de su edad ronda los 10 kilogramos.
A los meses de nacida, los médicos le diagnosticaron desnutrición severa. “A mi no me atendieron a tiempo por eso mi niña está así. La nutricionista que la estaba valorando me dijo que eso era poco a poco porque ella tenía que subir de peso así sea medio kilo cada mes”. Sin embargo Oscleybis perdió la esperanza cuando su niña se desmayó la primera vez gracias a una evacuación liquida, que agudizó su estado de salud.
Sin esperanza
Hace dos meses la pequeña no es valorada por un médico. Su madre asegura que el único remedio que dan los médicos del Hospital Chiquinquirá -donde lleva su control la niña- es hospitalizarla por dos meses. Esta posibilidad es “imposible” para la madre. “Ella requiere que la hospitalicen, pero yo no puedo hospitalizarme con ella porque es mucho gasto y no tengo”. Hasta la fecha su hija no tiene un diagnóstico claro de las causas de su inestabilidad intestinal.
Seis, cinco, tres y año y medio son las edades de los otros hijos de la madre soltera que todas las mañanas camina por el kilómetro 4 de San Francisco para vender “un termito de café” con el que hace tres mil bolívares diarios para comprar harina o pasta. “Lo que comemos es arepa y si tengo les doy alimento. Ella necesita 12 vitaminas, ácido fólico, calcio y todos los suplementos”.
Salud que cuesta
Oscleybis Blanco aseguró que siente “desespero” de ver cómo su niña cada día pesa menos, porque “nada la sustenta”. Esta consciente que su estado cada vez se complica más por la precariedad que existe en los centros hospitalarios de Maracaibo. “Cuando se pone mal solo me la hidratan”. Aunque para ella “es la triste realidad, la verdad es que si no trabajo no comen mis hijos, como interno a Oriana si en el Chiquinquirá piden de todo y no tengo cobres”.