Milán se volcó este sábado para darle el último adiós a Giorgio Armani, el legendario diseñador italiano conocido como “el rey” de la moda, fallecido el viernes a los 91 años.
Cientos de personas hicieron largas filas para la capilla ardiente instalada en el Teatro Armani, en la calle Bergognone, un espacio que el propio diseñador encargó al arquitecto japonés Tadao Ando y que se inauguró en 2015 como centro de creatividad y sede de eventos culturales.
En un ambiente de casi total oscuridad, el féretro de Armani estuvo rodeado de farolillos rojos y flores blancas, con una guardia de honor de los Carabineros.
Detrás, una gran pantalla proyectaba su retrato sonriente junto a su frase elegida como testamento: “El legado que espero dejar es el compromiso por el respeto y cuidado por las personas y la realidad. Ahí es donde todo comienza”.
Junto al ataúd estuvieron su compañero de vida, Leo Dell’Orco; Federico Marchetti, fundador de Yoox; y sus sobrinos, incluyendo a Andrea Camerana, colaborador cercano del diseñador.
Figuras del mundo de la arquitectura, el cine y la moda también acudieron al velatorio, entre ellas Donatella Versace, Giuseppe Tornatore, Gabriele Salvatores y Valeria Mazza.
“Nos dio en el mundo del deporte un estilo inconfundible; somos los más envidiados. Para nosotros, Giorgio Armani será inolvidable; hizo grande a Italia y ayudó a que el deporte se convirtiera en grande”, dijo Luciano Buonfiglio, presidente del Comité Olímpico Italiano.
Asimismo, recordó que fue propietario del equipo de baloncesto ‘Olimpia Miláno’ y el diseñador de los uniformes del equipo italiano para los Juegos Olímpicos.
El alcalde de Milán, Beppe Sala, declaró día de luto por el funeral privado que se celebrará el lunes 8 de septiembre y aseguró que “Milán está lleno de Armani; será imposible olvidarlo. Se va de Milán con su absoluta convicción en el trabajo como medio de realización personal y profesional. Es un valor que Milán nunca perderá. Fue un gran milanés que hizo tanto por esta ciudad”.
Estudiantes de moda y jóvenes admiradores del diseñador esperaron desde la madrugada para poder despedirse, afirmando que Armani no solo marcó tendencias en las pasarelas, sino que dejó un legado cultural y social que trascenderá generaciones.
Con la apertura de su testamento, se espera la distribución de un patrimonio estimado en 13.000 millones de euros y la gestión de su imperio, con facturación de 2.300 millones, a través de la fundación que creó en 2016.
Sus herederos más cercanos incluyen a su hermana Rosanna, sus sobrinas Silvana y Roberta, su sobrino Andrea Camerana y Pantaleo Dell’Orco, su mano derecha y considerado parte de la familia.
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