Los operativos contra los sectores identificados en la actividad ilegal se avivan desde el martes. La GNB primero navegó en lancha hasta Jarara y quemó, en medio de manglares, más de 100 pipas cargadas de combustible
Semana de presencia militar en la Guajira. La Guardia Nacional Bolivariana se interna en los sectores donde olfatea depósitos clandestinos de gasolina. Decomisa y quema arsenales ilegales de combustible y aprovecha para sustraer fajos de billetes de las viviendas. Los castrenses se las reparten entre ellos.
Los operativos contra los sectores identificados en la actividad ilegal se avivan desde el martes. La GNB primero navegó en lancha hasta Jarara y quemó, en medio de manglares, más de 100 pipas cargadas de combustible.
“De qué vamos a vivir si aquí no hay trabajo”, reprochó una mujer que temió identificarse. Reconoció que es un delito lo que hacen y se excusa con la pobreza que la rodea y falta de empleo que azota a la Guajira.
Ayer, los uniformados rodearon Caimare Chico y decomisaron centenares de envases. Los pobladores aseguraron que eran más de 500 pipas. Jessenia Lozano, vecina, lamentó estar en medio de la clandestinidad. “No hay otra fuente de trabajo. Los militares lo que vienen es a robar, maltratar y golpear”.
Habitantes del sector continuaron el relato entre acusaciones. “Entraron en las casas. Tumbaron cercas. Hicieron tiros, lanzaron bombas lacrimógenas. Se metieron y se llevaron dos millones de bolívares”, soltó un grupo de hombres. “Sabemos que es ilegal pero qué comemos, qué hacemos si no hay nada. Esto es para medio comer”, recalcó uno.
Lozano señaló que existe “demasiado desempleo y antes que robar y que nos maten un muchacho” se dedican al contrabando de combustible, asumiendo el riesgo de la clandestinidad. Pidió un sistema de control que los incorpore a una fuente de trabajo digno.
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