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Para muchos venezolanos los héroes de la jornada histórica del 6-D son los dirigentes políticos. Algún medio de Miami ha pretendido darle relevancia al papel militar ese día, cuando en verdad los uniformados se limitaron a cumplir el papel que les correspondía, según el espíritu de la Constitucional nacional. Yo en cambio, cuando pienso en una votación como la que alcanzó la MUD, ubico a mis héroes en aquellos venezolanos que estando en las condiciones más difíciles votaron por el cambio. Son héroes civiles, pues se trató de una extraordinaria hazaña cívica (el poder de los votos en condiciones adversas). Son héroes anónimos, venezolanos pobres que cifran sus esperanzas en un futuro mejor y la promesa del chavismo ya no surte efecto en ellos.
Mis héroes del 6-D son los 43 venezolanos que votaron a favor de la Mesa de la Unidad Democrática en el recién creado centro de votación “Por aquí pasó Chávez”, en la zona de Chirgua, en las afueras de Barquisimeto. Quien me lea debe repasar el período previo a la etapa de votación. La proporción de propaganda a favor de los candidatos oficiales en los medios gubernamentales de comunicación fue absoluta, mientras que en los medios privados -principalmente la televisión nacional- la proporción fue de tres a uno a favor de los aspirantes a diputados de PSUV y sus aliados. El CNE obvió esta avalancha propagandística y además descartó poner mensajes propios, institucionales, recalcando el carácter secreto del voto.
En las últimas dos semanas, cuando las encuestas evidenciaron que era irreversible la derrota del chavismo, se activó una campaña de miedo. Aún así estos 43 venezolanos se despertaron convencidos de que Venezuela necesitaba un cambio y acudieron a votar. Se saben minoría en esa comunidad pero mantienen su disposición a darle un voto de confianza a la tarjeta de la manito.
El centro “Por aquí pasó Chávez” funciona como hemos indicado en una base de misiones. Se trata de un espacio comunal que tiene tres ambientes: en uno funciona un Mercal, en otro un ambulatorio de Barrio Adentro y el tercer espacio se adecuó para hospedar a los médicos cubanos. En las instalaciones de esta base de misiones se le hace honor al nombre del centro de votación y los “ojitos” del fallecido presidente Hugo Chávez son sencillamente omnipresentes.
Los 375 votantes inscritos en este centro habitan una comunidad en la que todavía no ha llegado el asfalto. Coexisten casas productos de invasiones, con viviendas hechas por el Gobierno para sustituir los ranchos. El día de la votación unos 30 militantes del PSUV se activan en las afueras del centro lista en mano para chequear a los votantes (antes y después del acto de sufragar), pero 53 sencillamente se abstienen, o bien se han escondido en sus humildes viviendas o ese día salieron del barrio. Mis 43 héroes vencen el miedo y la coerción y, acuden a votar. Un par de testigos de la MUD (uno de ellos mi informante) aguantan la presión y permanecen hasta que se cierra el acto y se transmiten las actas a Caracas. No hubo violencia física en ese centro, pero sí mucha presión psicológica y control sobre los votantes.
Sólo constituyen el 13,87 por ciento de los votos de un centro de votación llamado “Por aquí pasó Chávez”, pero el hecho de haber vencido el miedo y apostar al cambio, en medio de condiciones muy adversas, los hace mis héroes. Para ellos, para esa esperanza popular que ha nacido este 6 de diciembre, debe legislar la nueva Asamblea Nacional.