Pese
Este jueves se cumple una década luego de que el fallecido expresidente Hugo Chávez prometiera al país la Misión Revolución Energética. A pesar de una inversión de 40 mil millones de dólares, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lejos de ser independiente, retrocedió 10 años.
De acuerdo con datos del ingeniero José Aguilar, consultor en sistemas eléctricos, en 2006, el requerimiento energético de Venezuela era de 301,6 Gigavatios hora (GWh) al día, una cifra que varió constantemente en los años siguientes y presentó su pico máximo en 2013, cuando se registró un promedio de requerimiento de 360,9 GWh al día. Luego de que el presidente Nicolás Maduro asumiera el poder, se generó una caída de 15 por ciento, dejando a la población con una demanda de 305,6 GWh al día.
“Hemos vuelto atrás energéticamente, pese a fabulosas sumas de dinero jamás dedicadas en el ámbito de América Latina”, afirma el experto sobre los 25 mil millones de dólares en sobrecostos que se registraron en el proyecto que estaba destinado a romper con la dependencia de la energía hidroeléctrica. Aguilar señala que a pesar de los recursos asignados, para que el Ejecutivo logre recuperar el SEN se necesita destrabar un pasivo de aproximadamente tres mil millones de dólares a proveedores esenciales para la tarea.
En el camino quedan cerca de cuatro mil megavatios inconclusos del plan, acompañados de una cantidad similar acaparada en galpones en el país y el exterior. Un comportamiento que no coopera con una meta recomendada para salir de la crisis económica del país.
Para reactivar el comercio y la industria, el consumo energético debería ir hacia un incremento sostenido de 40 por ciento, para ubicarse en 430 GWh diarios. “Concretar este salto dependería de un cambio político y de paradigma en el manejo del Sector Eléctrico de Venezuela, basado en la ética, conocimiento y agilidad gerencial”, reitera el ingeniero.
Seis años de silencio
También se cumplen hoy seis años seguidos sin la publicación de la información del SEN, un factor que el ingeniero califica como una “barbaridad inédita en el mundo del siglo XXI”. “Para la sociedad civil, la deja en un estado de completa indefensión, para apelar sus legítimos derechos a tener un servicio eléctrico que propulse el país por el camino de la economía, como lo que no se maquilla se oculta”.