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Ángel Barboza, de 30 años, lleva 13 en la calle. Le falta una pierna, pero la sustituye con un palo para poder moverse. Él pide en la sucursal de una entidad financiera de la ciudad. Dice con claridad que “la necesidad lo obliga”. Desde que perdió su miembro inferior no le dan trabajo, a veces vende chicles, pero la mayoría del tiempo “la situación se aprieta” y se come el capital. Al día puede hacer tres o cuatro mil bolívares, dinero que según el precio de la harina y del arroz en la región, no le alcanza “para nada”, por eso prefiere pedir en los supermercados “finos” de Maracaibo.
Vive con su mujer en Los Cortijos, uno de los sectores más empobrecidos del municipio San Francisco. El rancho lo comparte con su madre, su hermana y sus tres sobrinos, además de cuatro hermanos más, menores de edad. Todos llegan a Maracaibo todos los días después de mediodía. Se dividen para pedir limosna o comida y al final del día juntan todo para poder comprar comida. “en la noche nos vamos caminando para el centro, ahí agarramos carrito de La Polar hasta Funda Barrio, pero si no hacemos nada, nos quedamos y dormimos en la calle”.
Paola Fernández, es su hermana. Tiene 24 años y tres niños. Los deja en la casa mientras ella pide. “Yo vengo cuando no tengo nada en la casa”. Confesó que sus hijos comen “a veces” y por eso están desnutridos. La joven le contó a La Verdad que hasta mediados del 2016 trabajaba limpiando casas. “Me botaron porque no me podían pagar”.
Conmovida y consciente de la situación, Paola argumenta: “Tengo que salir a pedir porque uno aguanta, pero ellos no. Mi esposo me dejó, a veces me ayuda pero no me alcanza”.
¿Es más fácil pedir que trabajar?
La sociedad los tilda de vagos o conformistas. Les pasan por un lado y les dicen: “Vayan a trabajar”. Frente a las críticas, Paola le confesó a este rotativo: “Para mí es más fácil trabajar porque uno lleva desprecio en la calle. Yo salgo a buscar trabajo y no consigo, cómo hago si tengo que mantener a mis hijos. Los pobres cada vez somos más pobres”.
Yajaira Rivas, es su cuñada. La excocinera del programa de alimentación escolar, de 40 años, espera su primer hijo con Barboza. Sentada en una acera de Cecilio Acosta declaró: “La situación está muy brava ahorita, no se encuentra qué hacer. Busqué en casa de familia y nada. Antes trabajaba en una escuela en Cabimas, rellenando panes para darle a los estudiantes, pero me botaron”.
A diferencia de los demás, a Yajaira le da pena pedir, esto es nuevo para ella porque hasta hace cinco meses su marido le llevaba la comida a casa. “Me vengo con él a pedir, pero me da pena”. En medio de su realidad analiza la del país y dice: “Lo que pasa es que desde que se murió Chávez esto se echó a perder. Si él estuviera vivo la cosa fuera diferente. Yo soy chavista pero no estoy de acuerdo con Maduro”.
Un bocado
La familia solo come una o dos veces al día. “Hacemos espaguetis con mantequilla, o arepa sola. En la noche pedimos en los ‘perrocalenteros’ y nos dan pan, si no nos acostamos sin comer”, relató la mujer con apenas dos meses de gestación. Según cifras extraoficiales, el estado Zulia registra un aproximado de 225 niños muertos por desnutrición en 2016. Mientras que hospitales y maternidades como El Chiquinquirá y Armando Castillo Plaza, registran un aproximado de 60 niños hospitalizados por desnutrición más otras complicaciones como neumonía.
Yajaira contó que ha pasado dos días sin comer. “Cuando no como, me dan ganas de vomitar y mucho dolor de cabeza”. Reflexiona y admite que fue una irresponsabilidad salir en estado, sin embargo, está segura de que debe luchar por el que será su hijo numero 11. “Ahora me toca echar pa’lante. No puedo botarlo, porque eso es un crimen. Yo tengo 10 hijos más, unos en Cabimas y unos en Valencia, pero ya son grandes. La menor tiene 12 años y está con su papá”.
NÚMEROS ROJOS
Los informes recabados por el programa Juntos Contra el Hambre, que atiende la desnutrición de los niños en el Zulia, reveló que 23.5 millones de venezolanos van a la cama con solo dos comidas o menos en el día y cinco millones de venezolanos comen desperdicios. En referencia al estado Zulia, el Instituto Venezolano de Estadísticas (IVAD), aportó que solo 950 mil zulianos comen tres veces al día, solo un millón 600 mil dice que come dos veces al día y más de un millón 150 mil come una sola vez al día.