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Se las arregló. Manuel Alejandro Espinoza Roa (28), bautizado como el “Monstruo de Santa Rosa”, recorrió unos mil 400 kilómetros. Evadió todos los puntos de control desde Maracaibo hasta el estado Bolívar y se instaló con una cédula falsa en la población de Guasipati. Sus vecinos desconocían que huía desde que violó y estranguló a su cónyuge, Greilys Carolina Ortega (25), y sus tres hijastros, Miguel Efraín (9), con discapacidad en una de sus piernas; Yusbelis Carolina (8) y Manuel José (6), y lo acogieron con hospitalidad.
El homicida se presentó en la comunidad como Fernando Javier Pauli Rojas (23). Su apariencia afable lo ayudó a conseguir rápido trabajo en la hacienda del yerno de Crisálida Josefa Contreras Espejo (82), maestra jubilada. Se ganó la confianza de la familia y le permitieron que se paseara por sus propiedades sin restricciones.
Los policías del pueblo no lo reconocieron, pese a que desde el 9 de septiembre de 2015 tenía una alerta roja en Interpol y una orden de aprehensión del Juzgado Tercero de Control de Zulia por femicidio, abuso sexual y homicidio calificado; y no pudieron impedir el crimen de la docente.
Crimen y captura
A los hijos de Contreras les extrañó, el pasado viernes 28 de octubre, no poder comunicarse con ella. Enviaron a una comisión de la Policía regional a la casa de la anciana, en la calle Bolívar del sector La Plaza. Los oficiales encontraron su cadáver. Su asesino la apuñaló por todo el cuerpo, le robó algunas pertenencias y huyó. Los vecinos lo vieron salir y describieron al hombre alto, blanco y de cabello castaño oscuro que recientemente habían contratado. Nadie sabía de su paradero.
Los funcionarios se desplegaron por el municipio Roscio. Lo encontraron ayer en la mañana en un hotel de la zona. Lo acompañaban Jilber José Jiménez Navarro (22), Neomary Fermín Lunar (20) y una adolescente, de 16 años. A todos los detuvieron.
Al requisar la habitación, los detectives hallaron algunas pertenencias de la maestra y los documentos que identificaban a Pauli como el “Monstruo de Santa Rosa”.
Media hora
Subió el volumen del equipo de sonido y se tomó su tiempo. La Policía estimó que Manuel Alejandro Espinoza Roa tardó 30 minutos en asesinar, el 6 de septiembre de 2015, a Greilys Carolina Ortega y sus tres hijastros. La necropsia corroboró que a todos los ultrajó y les fracturó el cráneo. A uno de los niños lo golpeó y violó hasta provocarle desprendimiento abdominal.
Espinoza solo convivió con el ama de casa y sus hijos 12 meses. Tras asesinarlos huyó con 57 mil de bolívares en efectivo y unas panelas de droga. En la matanza, solo sobrevivió una bebé, de tres meses. Su parentesco con el “Mocho Édwin”, expram de la cárcel de Sabaneta, la salvó.
Mientras a los Ortega los sepultaban en cuatro fosas en el Cementerio San Sebastián, el homicida se movía sin dificultad por Venezuela. No cambió su apariencia física, solo una cédula falsa le permitió atravesar el territorio, buscar un lugar seguro y lejano, escoger a una nueva víctima y enlutar a otra familia.
Largo prontuario
Sus registros policiales datan de 2010. En su haber existen robos menores, hurtos, acoso, hostigamiento, homicidios y violencia contra mujeres. La Policía científica lo investigó por tres asesinatos en Trujillo. Los detectives presumen que se mudó a Zulia para huir de la justicia.
La libertad condicional otorgada por los tribunales le permitieron al “Monstruo de Santa Rosa” delinquir a sus anchas. El 20 de agosto de 2012, una vecina lo denunció por acoso y hostigamiento. Nunca lo encarcelaron.
El Juzgado 11.° de Control lo requería desde el 27 de enero de 2014 por porte ilícito de arma de fuego, violencia de género y hurto. Polimaracaibo lo capturó, el 17 de mayo de 2015, por hurtar un plasma. Cuatro días después el Juzgado Undécimo de Control lo privó de libertad por hurto calificado. A los pocos días recibió una medida cautelar y regresó a la calle. Conoció a Greilys Carolina Ortega (25) y 12 meses después la mató junto a sus hijos.
Las víctimas
Greilys Carolina Hernández (25). Vendía droga, era la mayor de cuatro hermanas y tuvo cuatro hijos en tres relaciones.
Manuel José Hernández (6). Estudiaba primer grado en el colegio Batalla de Boyacá, era el segundo hijo de Greilys.
Miguel Efraín Ortega (9). Cursaba tercer grado, padecía de un retraso mental leve y discapacidad motora en una de sus piernas.
Yusbely Margarita Hernández (7). Estudiaba segundo grado, era la niña mayor y la segunda hija de la familia.
En emotivo funeral despidieron a Greilys Carolina Hernández y a sus tres hijos. (Foto: Archivo)