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A Rafael Fernández (20) lo asesinaron de dos tiros por negarse a entregar su teléfono celular. Dos motorizados lo interceptaron en el sector Santa Rosa de Agua cuando caminaba hacia la panadería.
Los vecinos le contaron a Alexander Fernández, padre de la víctima, que el muchachacho manipulaba el celular cuando los desconocidos quisieron arrebartárselo. Reaccionó, forcejeó con uno de ellos y le dispararon en el pecho, tomaron el aparato y huyeron hacia la avenida El Milagro.
A la familia le avisaron a las 8.00 de la noche del pasado sábado. Un tío llegó primero, al ver que seguía con vida, paró un carrito por puesto y lo trasladó hasta el Hospita Adolfo Pons, donde falleció.
Fernández era casado y tenía dos hijos. Residía a unas cuadras de donde lo interceptaron. Sus homicidas siguen prófugos.