La
La historia del venezolano, marcada por la crisis, parece repetirse una infinidad de veces. Basta mirar los ojos de uno de los niños para descifrar que su “mala cara” es por hambre. Cansado de caminar toda la avenida Universidad, llegó junto a su madre Carmen Montiel a una concentración de los profesores universitarios para “aprovechar que hay bastante gente, porque tenemos mucha hambre”, dijo la mujer que sostenía entre sus brazos el cuerpo frágil y delgado de uno de sus muchachos. “Ellos están bajos de peso, ósea desnutridos” confirmó la mujer de rasgos indígena.
Tiene siete hijos y los menores, de tres meses, son gemelos. A uno lo llevaba cargado y el otro lo sostenía en sus brazos una de sus hijas. Cuando contó su historia, tenía apenas 200 bolívares que guardó en una mochila.
“Los bebes no están tomando leche, solo teta. Lo que más comemos es frutas y verduras porque eso es lo que nos regalan en el mercado”. Carmen sale todos los días a recorrer junto a sus pequeños El Mercado del Sur (Mercasur), prefiere que le regalen comida y no dinero porque “igual los cobres no alcanzan”. La madre de Jesús David y Elvis Jesús confesó a La Verdad conteniendo las lágrimas: “Esto está duro, comemos lo que yo consiga o consiga mi esposo, muchas veces no comemos”.
No son los únicos
Pasar el día sin nada en el estómago es cotidiano en el Barrio San Benito, del municipio San Francisco. Según relató Carmen “la mayoría” de las familias que viven en su comunidad pasan hambre. “Cuando cae la noche es peor. Saber que tus hijos se acuestan con el estómago vacío es muy difícil, pero así nos acostamos a ver el día de mañana, a ver qué se consigue al otro día para los bebés”.
José, padre de los menores, trabajó hasta hace poco como chofer de transporte público, pero está desempleado y también sale a diario “a ver que puede marañar” para la numerosa familia. Pasta cocida licuada o el agua con la que se hierve el carbohidrato sirve de alimento para los pequeños que lucen débiles y muy delgados para el tiempo que tienen de nacidos.
Carmen siguió su camino por la avenida. “Voy al comedor de la universidad para que ellos desayunen porque si no, no me aguantan”. Antes de partir pidió ayuda, con vergüenza en su rostro dijo: “Le pedí al Gobernador una casa y no me la dio, ojala cuando sepa de mi caso se conduela, no de mí, sino de mis hijos”.
Cifras
Jesús David y Elvis Jesús forman parte de las cifras de menores desnutridos en el estado Zulia. Aunque se desconocen las cifras oficiales de desnutrición en el país, la alerta está encendida. Estos casos son una muestra de la crisis económica y humanitaria por la que atraviesa el país, desmintiendo los últimos números oficiales que ubican a Venezuela entre los cinco países de la región con las cifras más bajas de desnutrición infantil en menores de cinco años.
La Costa Oriental del Lago; Las zonas desprotegidas del Sur y el noroeste de Maracaibo son las zonas donde se registran más casos de hambre, desnutrición y deserción escolar por falta de alimento.