Al menos 32 presos, dos de ellos venezolanos, murieron en dos ataques que se registraron en la cárcel de Machala, en el suroeste de Ecuador, durante la madrugada y tarde de este domingo 9 de noviembre.
En el primer ataque, registrado en la madrugada del domingo 9 fueron asesinados cinco ecuatorianos y resultaron heridos dos policías antimotines, según informó la Policía Nacional del país.
El incidente se produjo cerca de las 02:45, cuando el cuerpo policial de emergencias “ECU-911” recibió una alerta sobre disturbios y detonaciones al interior del centro penitenciario.
Al llegar, los uniformados escucharon disparos y explosiones provenientes de varios pabellones. En respuesta, se ejecutó un operativo táctico para evitar que la violencia se extendiera a otras áreas del centro.
Unos 250 agentes policiales y militares ingresaron con equipos antimotines y lograron retomar el control tras varias horas de enfrentamientos.
Posteriormente, se procedió a una verificación de las instalaciones, donde se constató el saldo de cuatro reos muertos y 43 que resultaron con heridas de diversa gravedad, quienes fueron trasladados a distintos centros de salud de Machala para recibir atención médica.
Uno de los heridos que fue trasladado hasta un centro de salud, donde horas después los médicos confirmaron que murió por las heridas que sufrió.
En las labores de registro, los agentes encontraron cinco pistolas, seis alimentadoras, dos celulares, 67 municiones calibre 9 milímetros, seis cargas explosivas de fabricación artesanal y seis armas corto punzantes.
Sobre esta primera masacre, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), ente que maneja las cárceles, confirmó que el incidente se debió al traslado y reorganización de los reos en la nueva cárcel de máxima seguridad.
“El número de heridos corresponde a 33 personas, no 43 como se informó inicialmente, debido a una confusión generada durante las labores de asistencia y evacuación en el lugar de los hechos”, indicó el SNAI.
Posteriormente, la institución indicó que alrededor de las 9.00 de la mañana retomó el control de la cárcel.
Segunda masacre
Eran aproximadamente las 5.00 de la tarde del mismo domingo 9, cuando se registró la segunda masacre que dejó sin vida a 27 privados de la libertad, dos de ellos de origen venezolano. Testigos indicaron que a esa hora los reos comenzaron a quemar colchones, según informó el Diario Correo.
Los ciudadanos de nacionalidad venezolana que presuntamente perdieron la vida en el segundo motín están identificados como Edison C. y Denis O.
El objetivo era que el humo se dirigiera a la primera, segunda y tercera planta, además, al pabellón Zaruma, para que los presos se asfixiasen. Además, colgaron con cuerdas a algunos reclusos.
Cuando los agentes de la Policía Nacional entraron al reclusorio hallaron 27 cadáveres, algunos asfixiados por el humo y otros suspendidos de las rejas. Dicha cifra la confirmó el SNAI.
Las entidades competentes se encuentran trabajando en el esclarecimiento total de los hechos.
En total hay ocho sospechosos de participar en los actos delictivos. La violencia, además, dejó gran cantidad de heridos y al menos ocho detenidos, de los cuales uno de ellos es un agente de seguridad penitenciaria, aunque no se aclaran las causas de su detención, según el citado diario ecuatoria.
Familiares
Entre gritos, llanto y desesperación, decenas de familiares de personas privadas de la libertad se concentraron en los exteriores de la cárcel reclamando los nombres d ellos fallecidos y heridos de las masacres.
“Solo vemos pasar ambulancias y carros policiales, pero nadie nos dice nada”, expresó una mujer que asegura tener a su hijo recluido en el pabellón Zaruma. A su alrededor, otras familias intentaban comunicarse por teléfono sin obtener respuesta.
“¡Papi, papi, contéstame!”, se escuchaba entre los gritos de una mujer que, con el teléfono en la mano, buscaba comunicarse con su padre.
A su lado, otra mujer lloraba desconsolada: “Peluca, háblame, contesta el teléfono”. Nadie les daba respuestas. Solo veían entrar y salir ambulancias, mientras los uniformados mantenían cerrado el acceso a toda la zona.
“Desde la mañana no sabemos nada. Solo escuchamos disparos y ahora nos dicen que hay más muertos”, comentó un hombre que llegó desde Santa Rosa en busca de su hermano.
Fuente: Diario Correo
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