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Julio Loaiza, de 60 años, se levantó temprano. Como todos los días abrió su bodega, en la avenida 40 del barrio San José, sector Cañada Honda. Un delincuente intentó atracarlo a las 7.15 de la mañana, al resistirse, lo mató de un tiro en la cabeza.
Los vecinos vieron cuando un desconocido en una moto llegó a la bodega de “Julito”, sacó su arma y le exigía a la víctima que le abriera la reja para penetrar al negocio. Loaiza se opuso, fue entonces cuando el hampón sacó su arma de fuego y desde el mostrador de la tienda le disparó sin piedad.
El ladrón, tras cometer el crimen, prendió su moto y huyó del sitio, mientras los vecinos salieron alarmados de sus casas al escuchar la detonación.
“Por aquí hay muchos delincuentes. Uno no sabe a quién pueden matar, salí a ver qué pasaba cuando escuché los gritos”, dijo un ama de casa.
Los hijos del bodeguero, que estaban en la casa, corrieron y se encontraron el cadáver. Los gritos y el llanto fueron desgarradores. Avisaron a otros familiares. Todos paralizaron sus ocupaciones para apoyar a sus parientes.
Huía del hampa
Los vecinos describieron a "Julito" como un hombre de buen ánimo y siempre echador de broma con sus clientes. Antes, tenía su abasto en el sector Las Palmas. Allí fue víctima del hampa, le dispararon en la pierna en un robo.
Después de este suceso, se cambió de bodega y se fue a casa de su mamá en Cañada Honda para desde allí seguir con su trabajo.
La Policía científica acudió al barrio para el levantamiento del cadáver y ordenaron el traslado a la medicatura forense. Iniciaron las averiguaciones correspondientes.
La comunidad se quejó de la inseguridad que predomina en el sector. Dicen que no existe ningún tipo de vigilancia policial en el vecindario.