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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció esta mañana que la cifra de muertos por el terremoto de anoche se elevó 233. En la tarde del domingo, el vicepresidente del pais, Jorge Glas, señaló que habían 235 víctimas fatales y 1.557 heridos.
El movimiento sísmico de 7,8 grados en la escala abierta de Richter azotó el norte de la región costera de Ecuador y causó múltiples daños materiales que aún se evalúan.
El terremoto se produjo llegando la noche del sábado, a las 18.58 hora local, en un sitio entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también ha sentido el impacto de las réplicas.
El seísmo se ha sentido en las ciudades de Guayaquil, Santo Domingo, Tungurahua, Ibarra y Quito.
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, viaja a Manta, en la región de Manabí, una de las zonas más afectadas por el terremoto, para analizar la situación y coordinar la ayuda, según informó en su perfil de Twitter.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se encontraba de viaje en el Vaticano cuando ocurrió la eventualidad. Al enterarse de lo ocurrido regreso de inmediato a su país.
Las ciudades que más daños han sufrido son Manta, Portoviejo y Pedernales, donde los pobladores han pasado la noche, buscando refugio en las horas posteriores al movimiento telúrico por miedo a las réplicas.
Desde el terremoto, se registraron un total de 135 réplicas, según informó el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, que localizó el epicentro a 20 kilómetros de profundidad,
Casas derrumbadas, servicios públicos suspendidos y personas fuera de sus viviendas ha caracterizado la noche en estas localidades.
Las autoridades trabajan para restablecer el suministro de energía en Manabí, mientras que ya se ha restablecido el servicio en Jipijapa, Pajan, Puerto López, Puerto Cayo y parte de Portoviejo y Montecristi.
El Gobierno, que liberó 300 millones de dólares del fondo de contingencia para hacer frente a la situación, decretó el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el país.
En la costa sur de Ecuador, se desplomaron al menos seis estructuras y en todo el país, siete carreteras permanecen cortadas o con problemas de circulación.
Para distintas labores, el Gobierno de Ecuador movilizó 10.000 efectivos de las fuerzas armadas y 4.600 policías a las zonas afectadas.
Líderes de todo el mundo se han solidarizado con la situación de Ecuador; del papa Francisco, que llamó a dar “fuerza y apoyo” a los afectados por terremoto en Ecuador, a David Cameron, que expresó a través de Twitter “todo el apoyo” del Reino Unido.
En esta misma red social, el secretario general de Unasur, Ernesto Samper, los presidentes de Colombia, Costa Rica, Perú, Panamá, Paraguay, México y Venezuela, expresaron sus condolencias con el país latinoamericano.
Por otro lado, la Unión Europea (UE) mostró su solidaridad con Ecuador y anunció la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil para desastres para evaluar el posible envío de ayuda y equipos.
El terremoto registrado ayer es uno de los de mayor intensidad que ha registrado el país a lo largo de su historia, siendo el más intenso uno de 7,9 grados, en 1979, que afectó también a Colombia y provocó 800 muertos en ambos países.
Aunque al principio el Centro de Alertas de Tsunamis en el Pacífico (PTWC) de EEUU alertó sobre la amenaza de tsunami en varios países de la región, la amenaza ha pasado en gran parte.