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Nicolás Maduro es un presidente que lo rechaza cerca del cien por ciento de los venezolanos según los más reputados estudios de opinión pública. Casi que es odiado. Cae grueso y cada vez le va peor ante el sentir de los venezolanos.
Días antes de promover la convocatoria de la chimba e ilegal constituyente, lo rechazaba un ochenta por ciento del país por ser el responsable de la tragedia que vive el pueblo venezolano en materia de desabastecimiento de los más elementales productos de la dieta diaria, de la inflación galopante que convierte en polvo cósmico los devaluados sueldos de los trabajadores que en su mayoría ganan salario mínimo, de la inseguridad que anda con el moño suelto, de la corrupción campante bajo la mirada complaciente del entorno presidencial y de todos los males que hoy día padecen los venezolanos.
En estos momentos cuando su ilegal e indecente propuesta ya ha sido aprobada por el CNE, saltándose la obligación de convocar un referendo consultivo para que sea el pueblo de Venezuela quien la convoque o la rechace, de acurdo a lo pautado en el artículo 347 de la Constitución, el repudio de los venezolanos ya es casi total y están en desacuerdo con esa proposición.
De tal manera que de llegarse a concretar la elección de este adefesio, de esta mamarrachada, Maduro estaría enfrentándose al pueblo de Venezuela que no asistirá a votar por ese espantajo, y por el contrario, ese día estará en las calles, dese la víspera, para protestar e impedir que sea realizado el proceso electoral de marras.
Maduro quiere seguir gobernando para complacer a los chupasangre comunistas cubanos que quieren seguir pegados de esa teta que la revolución puso a su disposición, y lo que es peor, hasta les han permitido a estos desalmados que nos invadan el país y nos gobiernen, porque es bien sabido que dirigen vitales instituciones de la vida pública venezolana.
Es Maduro contra el pueblo de Venezuela. Algo insólito. Un presidente que quiere seguir mandando sin el apoyo de toda la nación. Pero no se saldrá con la suya porque esta democracia la vamos a defender hasta con nuestras vidas, si es preciso.