A
A Ilich Ulianov (Lenin), en su revolución rusa, le valió en gran modo al justificar ambigüamente sus postulados “pacifistas” ante las acciones de Clemenceau (el Tigre) en Francia, el desprecio de sus más fervientes aliados, entre ellos, Stalin a quien acusó de ejercer actividades contrarias al espíritu del proletariado internacionalista. ¡Se dice, que esto le llevó a la muerte en manos de un médico de cabecera por orden de Stalin, quien deseaba presidir la secretaria general del Soviet supremo, en contra de Trotsky!
Lenin, no consideró el fracaso de la comuna de París a causa del abuso de poder que adoptaron los jacobinos de Robespierre, sino producto de la irreverente conducta nacionalista de Clemenceau. Nada más incierto pues, el deseo del Tigre, era acabar con el expansionismo económico alemán iniciado desde el siglo XVIII y que dio origen a la primera guerra mundial y no el romanticismo que se le adjudican de ofensas y retaliaciones. Clemenceau era igual que Proudhon, un socialista radical, despreciaba la propiedad privada de la tierra con lo cual apoyaba al filósofo francés, quien afirmaba que era un robo, aunque defendía la posición del campesinado en relación a disfrutar de una porción de tierra para trabajarle, la posesión, título de la misma y el apoyo con recursos para explotarle. Lenin estaba en contra de la clase media rusa –campesino medio- irónicamente contra el espíritu marxista que afirmaba que el capitalismo acabaría con la clase media, creía que, definitivamente, debía desaparecer.
Héctor Rodríguez espetó, ante una masa de seguidores (focas) del chavismo que no sacarían al pueblo de la pobreza para que pasaran a clase media pues, serían sus potenciales enemigos. Y nunca pensó que la causa de la pérdida de la comuna de París en 1874 fue el índice de corrupción, persecución política, privilegios, burocracia y nepotismo que se desató entre 1864 y 1872 en la Francia revolucionaria posterior a la monarquía de los luises.
Mijaíl Gorbachov, contra los radicales comunistas sacó al descubierto con la Glasnost, el índice de crueldad y violencia aunado al déficit económico que habían producido 70 años de sometimiento del pueblo ruso al esclavismo del régimen socialista, fundado, en una “constituyente comunitaria” en 1918 por Lenin y desarrollada por el genocida Stalin.
¿Quieren esto para Venezuela?