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Evitar el cierre técnico de LUZ debe ser la consigna que mueva a la comunidad universitaria en las semanas previas al período vacacional. Necesitamos convocar el apoyo ciudadano, de los líderes de la región, así como de los gobernantes a quienes solicitamos el respaldo necesario para encarar la emergencia financiera que pesa como una sombra en el futuro de la institución.
Los recursos apenas alcanzan hasta este mes y es incierta la posibilidad de que en septiembre se inicien las clases con normalidad, a menos que ingresen las partidas financieras complementarias que garanticen, además del pago de nóminas, el funcionamiento de los servicios fundamentales para el desarrollo académico.
Estamos contra la pared pero haremos lo imposible para evitar el cierre. Hemos impulsado acciones de cabildeo, reuniones y encuentros con autoridades ministeriales, del Gobierno nacional y regional e inclusive, a través del Consejo Nacional de Universidades, solicitamos un derecho de palabra ante el ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología para obtener respuestas concretas a la crisis de las casas de estudio.
La solución está en la asignación inmediata de los recursos que permitan solventar las emergencias en las Facultades y Núcleos que se han quedado sin insumos ni capital para el mantenimiento de la infraestructura y la seguridad.
Tampoco está ingresando dinero para la atención de los estudiantes y el mantenimiento de servicios como el transporte, así como el traslado a las prácticas en el medio rural. No podemos atender a los residentes y menos garantizar su movilización hacia municipios foráneos.
Es un escenario complicado pero haremos lo imposible para evitar que LUZ se paralice. Tanto el despacho académico como el resto de las autoridades y decanos están emprendiendo acciones para plantear ante el país y la opinión pública la terrible condición financiera universitaria. LUZ necesita más de tres mil 400 millones de bolívares para cubrir el déficit presupuestario de este año. De ese monto, el 52 por ciento corresponde a gastos de personal
Las insuficiencias abarcan sueldos, primas, bono de alimentación, bono asistencial, pensiones, salud, providencias estudiantiles, transporte, comedores, servicios médicos, biblioteca. Es decir, está comprometido el funcionamiento operativo institucional y el Gobierno nacional tiene la última palabra para evitar la injusta paralización.