sábado, diciembre 14, 2024
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 ¡No hay paso atrás!

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No hay paso atrás para vengar el daño causado por el “Foro de Sao Paulo” en la estructura moral y ética de nuestros pueblos; no hay paso atrás para continuar denodadamente extrayendo de lo más profundo de nuestra alma, la fuerza necesaria para aupar la paz y la armonía para nuestro pueblo

Es repugnante el nivel de gestión que ha alcanzado el engendro y los secuaces que le acompañan; todo está relacionado con actividades no cónsonas con la ética ni con las buenas costumbres. No hay actividades gubernamentales que no violenten la estabilidad jurídica del país; todo es por mampuesto, nada es transparente; toda la acción del régimen en ejercicio es discrecional, nada es público, como se debe actuar cuando existe seriedad y honestidad en los gobernantes; toda la información del régimen es manipulada, controlada y confusa, alejada de toda realidad; todas las funciones del régimen comunista obedecen al control y mantenimiento del poder, cueste lo que cueste y aplastan con la fiereza militar que lo acompañan a quienes se oponen a ello. Es decir, que la ideología comunista no tiene parangón legal, se ajustan sin objeciones diacrónicas a los principios filosóficos del manifiesto de Marx y Engels; por lo tanto, en el comunismo la democracia y las libertades son incongruentes en incrementos crecientes e infinitos con los principios que lo sustentan.

Un “fiasco histórico” llamó al comunismo alguien que lo pregonó por mucho tiempo: Teodoro Petkoff, quien se fue de las entrañas de la tierra que lo vio nacer; tuvo la virtud en vida de rechazar y crear a la vez un pensamiento anticomunista, por aquello del legado que esta ideología generó en el mundo: hambre, miseria y muerte. Tuvo la inteligencia y el coraje de demostrarlo, cuando en 1998 junto con el fallecido Pompeyo Márquez se opuso al apoyo que muchos partidos de izquierda le dieron al hoy “comandante eternamente enterrado”, y alertó que no había algo que generara más temor que la conjunción del “militarismo con el comunismo” y que él jamás acompañaría un movimiento que pusiera en peligro la estabilidad política, económica, jurídica y social que ha alcanzado para el tiempo a Venezuela.

La desgracia que ha causado esta ideología comunista en el mundo contemporáneo es y será de un inagotable estudio en las universidades del mundo; es insoslayable definir cómo la muerte, para llegar y mantenerse en el poder está por encima de la vida; no hay leyes que no obedezcan al régimen en el poder; la dignidad humana no tiene ningún valor. Esta vivencia de más de 18 años, de hambre de miseria y de muerte, debe tener inaplazablemente un final. La conciencia, esa que aún no se ha alienado a pesar de los esfuerzos propagandísticos comunistas, es la esperanza ante la debacle; es la luz que alumbra el porvenir; es el misil que apunta hacia la barrera que la separa de la libertad y de la justicia; es el lápiz que escribirá la historia de la muerte definitiva del comunismo en el continente y en el mundo.

En ello no hay paso atrás, es el momento ideal para ajustar en el templo de la redención: la maldad, la conjura y el odio causado que ha hecho estragos en la sociedad, No hay paso atrás, para vengar el daño causado por el “Foro de Sao Paulo” en la estructura moral y ética de nuestros pueblos; no hay paso atrás, para continuar denodadamente extrayendo de lo más profundo de nuestra alma la fuerza necesaria para aupar la paz y la armonía para nuestro pueblo; no hay paso atrás, para llevar hasta los tribunales internacionales como asesino y violador de los DDHH a uno de los sátrapas más grande que ha tenido nuestro país y uno de los más fieles discípulos del más grande dictador de América, su carnal Fidel Castro. No hay paso atrás, la unidad debe consolidarse en lo interno de manera inaplazable para decirle adiós para siempre al engendro y triunfar, dando vítores a la llegada de la democracia, la libertad, la pluralidad, la justicia y la dignidad de la persona humana.

 

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