viernes, diciembre 13, 2024
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No hay pollo, ni carne ni cochino en los mercados

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Los compradores se consiguen con neveras vacu00edas en los mercados municipales. (Archivo: Josu00e9 Nava)

Las neveras de refrigeración se quedan vacías porque baja la matanza de animales en los centros de beneficios tras medidas de fiscalización. Efectos de la regulación de los huevos se siente en las granjas donde se ordena beneficio de gallinas ponedoras

Un cartel de “no hay pollo” plantó Mary Piña en su carnicería. La semana comenzó con caída de la venta de carnes rojas y blancas. En las dos neveras solo se exhibe una tira de chorizos, una bandeja de gallina, “unas poquitas que llegaron de la granja donde sacrificaron a las ponedoras porque no venderán más huevos por la baja en el precio de regulación”, lamenta Piña.

De la carne de res no sabe “cuándo llegará, está como el pollo, no hay venta” porque en los mataderos, según conoció, cayó la actividad, tras las fiscalizaciones y controles de los precios. Las inspecciones de la Superintendencia Nacional de Precios Justos a los comercios ocasionaron trabas a los distribuidores. “Todos venden por encima de la regulación por la inflación que está insoportable. Hasta el carnicero llega la carne cara”, destaca.

María Rivero, compradora, salía del mercado Altos de Jalisco sin cargar “salado”. No consiguió lo que buscaba. En una bolsa escurría unas “carcazas de pollo” que logró comprar para su perro “guardián”. Eran 250 bolívares por un puñado de huesos “goteando sangre”.

En las carnicerías hay escasez. Rivero recuerda que una bodega cerca de su casa el muslo de pollo está a 800 bolívares. “Lo tiene caro porque saben que no se consigue en las carnicerías”, critica en entrevista. Hacer carne guisada o mechada para el almuerzo se convirtió para el ama de casa un gasto excesivo. “El kilo hace dos semanas estaba en mil 300 bolívares. Ahora ya ni se ve. Del cochino no pregunto. Ni lo como ni lo compro”.

Yoleida García, ama de casa, asegura tener planificada la compra para lograr pollo. Una de sus hijas y una hermana le ayudan a tener la dispensa de productos. Se olvidó de preocupaciones por la “falta de alimentos”.

Desde hace días comenzó a cazar las ventas con el apoyo familiar. “Si no hay cochino para las hallacas serán de carne, si no hay carne será pollo. Lo lograremos. Tenemos hasta el 24 de diciembre para conseguirlo”, estima con una actitud alegre.

García no se sorprende por el desabastecimiento, sí por los precios de un “diente de ajo a 25 bolívares”. Considera insólito el precio tras conocer que el kilo de ajo para sazonar los guisos ronda los cuatro mil bolívares. “Ya no se puede hacer carne sazonada con ajo”, señala.

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