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Con un pedazo de cinta amarilla, con la inscripción No pase, peligro; cerraron el portón verde de la quinta Los Pinos, donde funciona el ancianato de Chacao. El hollín, el olor a humo, las paredes ennegrecidas, la soledad, los escombros y el silencio evidencian la tragedia. Un cortocircuito ocasionó el incendio y la muerte de Marlene Lozano (66), Adelaida Ávila (55), Nieves García (76), María Alarcón (60), María de García (74), María Meleno (46), Luisa García (72) y Yolanda Naya (75). Los 32 sobrevivientes se quedaron sin hogar.
El Geriátrico Chivacoa, que funcionaba en la quinta Los Pinos de la avenida Mohedano de Chacao, atendía 40 pacientes, informó en rueda de prensa el alcalde Ramón Muchacho, en la que indicó que a 28 de ellos los rescataron los vecinos, los funcionarios de la Guardia Nacional, bomberos del Distrito Capital y Salud Chacao, ocho murieron y cuatro no estaban en la institución.
A 10 ancianos se los llevaron sus familiares y a los otros 18 los recluyeron en el 4.° piso del Hospital Domingo Luciani, en El Llanito.
El fuego en el ancianato lo reportaron a las 7.30 de la noche del pasado domingo. Una enfermera percibió el olor a quemado. Era el cortocircuito de un cargador de teléfono conectado por una paciente a pocos centímetros de un colchón. El incidente causó un incendio que consumió, a simple vista, 60 por ciento de la casa, detalló Contrapunto.
El Ministerio Público comisionó al fiscal 27.º del Área Metropolitana de Caracas, Heycker Campione, para investigar.
Las denuncias
"No hubo más muertos fue gracias a los vecinos. Cuando los bomberos llegaron ya ellos habían controlado el fuego", dijo Luis García, pariente de una de las víctimas. Según los vecinos, media hora tardaron en llegar los bomberos del Distrito Capital.
Los familiares a las afueras de la morgue de Monte Bello catalogaron de irresponsable la actitud de los encargados del ancianato. Ninguna autoridad o personal del geriátrico les informó del incendio. Las redes sociales y la televisión fueron el canal por el que todos se enteraron del siniestro.
Lisbeth Carrero, sobrina de María Dolores Méndez (53), se enteró a las 9.00 de la noche por mensajes emitidos por la Alcaldía de Chacao y el alcalde Ramón Muchacho, a través de Twitter, que en la casa de reposo donde tenían internada a su tía se había incendiado.
María Magdalena Alarcón Parra (62) tenía Alzheimer y sus últimos dos meses los pasó en el geriátrico de Chacao. Sus familiares denunciaron que las instalaciones no estaban óptimas para el albergue de las personas de la tercera edad.
"Era un sitio muy pequeño y encerrado. No nos dejaban pasar a verla en el cuarto, porque todo era rejas y rejas", comentaron en la morgue de Bello Monte. Agregaron que este año se registró un conato de incendio en el geriátrico, cuando una secadora causó un cortocircuito. Dicen que no pasó a mayores.
También señalaron que solo dos enfermeros cuidaban a los 40 pacientes del Geriátrico Chivacoa, la mayoría de ellos con enfermedades crónicas y movilidad disminuida. A algunos de los pacientes debían amarrarlos en sus camas para evitar que se cayeran o agredieran al personal del geriátrico, debido a alteraciones del humor que los volvían agresivos. También señalaron que todos recibían medicamentos, algunos de ellos para poder dormir.