Al final quien gobierne no es tan importante como el hecho que las personas cuenten con oportunidades, con calidad de vida, y al final de cuentas que puedan ser felices
El pragmatismo es la doctrina que hoy predomina en la sociedad venezolana. Éste es definido como “Teoría filosófica según la cual el único medio de juzgar la verdad de una doctrina moral, social, religiosa o científica consiste en considerar sus efectos prácticos”. Hoy en el país la mayoría de las personas está juzgando la gestión del Gobierno en términos pragmáticos, o lo que es lo mismo, en aspectos como el costo de la vida, la seguridad personal, acceso a la salud.
Más allá de cualquier discurso la mayoría de las personas hoy quiere soluciones a sus problemas cotidianos.Pero lo cierto es que la motivación de una gran proporción de la población es en esencia pragmática, es decir las personas quieren que les resuelvan sus problemas inmediatos, o al menos tener la oportunidad de resolverlos ellos mismos a partir de un mínimo de estabilidad.
Plantear lo anterior es difícil cuando hay jóvenes que han dado su vida por unos ideales, cuando hay decenas de personas privadas de libertad también por luchar en algo en lo que creen. Eso sin duda hay que respetarlo, y quizás ahí el Gobierno debería dar un gran paso liberando a todas estas personas, lo que le devolvería el sosiego a muchas familias venezolanas y daría una clara señal de la intención de encontrar la reconciliación.
Si desde el Gobierno quieren volver a gobernar con apoyo popular la mejor estrategia no es negar la realidad sino afrontarla con el valor de reconocer que hay cambios importantes por hacer, en especial en lo económico. Al final quien gobierne no es tan importante como el hecho que las personas cuenten con oportunidades, con calidad de vida, y al final de cuentas que puedan ser felices. Lo que sí parece claro es que el pueblo venezolano quiere vivir en democracia, no como un concepto vacío sino como un espacio en el que pueda participar, teniendo como principal expresión de ello el Voto.
A pocas horas de instalarse la ANC y con el temor de muchos a flor de piel, con la economía fuera de control y entrando en la paranoia de un dólar que parece obedecer a sus propios caprichos, con decenas de privados de libertad por haber protestado, los factores internacionales haciendo sus movimientos, y la población en general deambulando sin rumbo, hay que a atreverse a creer que el país aún puede encontrar soluciones. Y en ese sentido, si bien hay muchos responsables, quien tiene en sus manos las principales cartas para enrumbar al país hacia el progreso es el Gobierno.