“No la mataron para robar su hogar, ya estaba muerta”

Desde el hueco donde estaba el aire acondicionado se nota el desorden en que quedu00f3 la vivienda. (Foto: Alejandro Paredes)

Los delincuentes se llevaron un televisor de 22 pulgadas, un aire acondicionado y 200 mil bolívares en efectivo. 12 horas de muerta tenía Irma cuando las autoridades llegaron

La suerte acompañó al hampa. El robo lo hicieron en silencio, sin llamar la atención de los vecinos. Llegaron a la vivienda de la docente, abogada y bioanalista Irma Ramona Acosta Fierro, de 69 años, madre del locutor marabino Aníbal Riera. La hallaron sin vida en su habitación y se llevaron todo lo que pudieron. "No la mataron, ya estaba muerta cuando ellos entraron", aseguró una fuente policial.

La casa sin número, a media construcción en la calle 93 entre avenidas 73 y 73A, del sector Club Hípico de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante permanece cerrada con las luces encendidas. María Quintero, hija de la abogada, consiguió muerta a su progenitora a las 6.00 de la tarde del pasado viernes. En el instante indicó a la Policía que posiblemente la estrangularon.

Los detectives llegaron una hora más tarde y el cadáver ya estaba rígido. La data de muerte era de 12 horas. Detectaron que la puerta de la vivienda no estaba violentada, hurtaron un televisor de 22 pulgadas, un aire acondicionado de ventana y 200 mil bolívares que Acosta tenía guardados.

Los vecinos contaron que Irma era prestamista, tenía cuatro casas y cobraba varias pensiones. "Ella era muy boca suelta, es posible que los delincuentes sean de su cercanía y vinieron a robarle", indicó una allegada. Las versiones van y vienen. En medio de la confusión, los hermanos Aníbal Riera y Rodrigo Quintero discutían por la herencia de los bienes de la madre. "Ellos se vivían matando porque Irma decía que no le dejaría nada a Aníbal".

Quienes conocían al grupo familiar aseguran que los hijos golpeaban a la madre, mayormente Rodrigo, a quien señalaron como "drogadicto y alcohólico". Irma dedicó su vida a los estudios y dejar todo por sus hijos. Se graduó en Derecho, Bioanális y además ejerció como docente. Tenía cuatro viviendas a su nombre, pero para los vecinos, el consentido era Rodrigo, "ese que vive de droga en droga". 

Aníbal y Rodrigo terminaron detenidos en una patrulla de la Policía por sostener una discusión y darse golpes frente a la residencia. En la mañana de ayer quedaron libres. Una fuente ligada a las investigaciones explicó que amigos de Rodrigo, "con los que fumaba en la urbanización Altamira" cerca del lugar, son los que buscan por el robo.

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