Sentir
Tener que darle la bendición vía Skype a un hijo autoexiliado gracias a un desgobierno anacrónico, autoritario y empobrecedor le roba la compostura a cualquiera. Sentir que vivimos con una medida cautelar de casa por cárcel dictada por el hampa o peor aún de patria por cárcel dictada por el Gobierno, altera al más ecuánime. Afecta más si percibimos esta calamidad como eterna e inmodificable pero las sacadas de madre no cambian nada, una masiva votación de quienes creemos que es posible un futuro mejor, si.
Quienes dudan que este desastre pueda tener una salida electoral tienen justificadas razones, pero si nos remontamos a eventos recientes, vemos como la Gobernación de Miranda y la Alcaldía de Maracaibo, consideradas por el chavismo como las joyas de la corona fueron retenidas por la Unidad democrática. Habrá sido inmensa la votación opositora en estas entidades cuando la inescrupulosa maquinaria oficial no pudo concretar el fraude. Probablemente en situación de imparcialidad del ente electoral y sin las múltiples expresiones del ventajismo gubernamental, la diferencia entre las dos tendencias hubiera sido mayor pero lo importante es que en ambos sitios se ganó.
Es injusto que quien nos trae al mundo y, en la mayoría de los casos, se esfuerza por hacernos personas de bien termine cargando nuestras culpas. Seguro estoy que hasta la madre del ser más perverso intentó hacer del fruto de su vientre algo bueno. Entiendo sin embargo, que la rabia que genera el sabernos despojados del país próspero que pudiéramos tener, nos haga recordar los orígenes biológicos de quienes siguen causando tanto mal. Lamentablemente, ni la ciencia ficción posibilita modificar el presente mediante un anticonceptivo de efecto retrógrado.
Son ya muchos años tratando de canalizar la "frustrachera". Realmente hemos votado demasiado -bendita la posibilidad de seguir haciéndolo- y ahora, más conscientes de las bajezas del contrario, menos ingenuos. Cada día más gente se quita la venda y empieza a cuestionar a los autores de este drama nacional; una ventaja considerable en la intención del voto lo demuestra. Condiciones perfectas no existen, mejores que las anteriores, no hay duda. Así pues, dejemos atrás lo banal, no les saquemos la madre, saquémoslos con votos.