“No quiero morir así”

La falta de medicamentos ha dejado el 80 por ciento de los hemofu00edlicos discapacitados Foto: Josu00e9 Navau00a0

Adán Núñez tiene un tumor en el hígado, un riñón no le funciona y la vesícula y articulaciones las tiene atrofiadas. Hace cinco años tuvo que cerrar su negocio porque quedó condenado a una silla de ruedas. Hace dos años la farmacia de alto costo no otorga los medicamentos 

No tiene miedo de morir, pero sí de dejar a su hija de cinco años sin un padre que la cuide. Lo único que lamenta es tener que partir con tantas discapacidades. “No le temo a la muerte, porque todos vamos a morir, pero no quiero así”. Es la confesión de Adán Núñez, de 42 años, paciente hemofílico. 

La escasez de medicinas durante los últimos años dejó al comerciante condenado a una silla de ruedas. Rememoró sus mejores días en los que -asegura- podía trabajar, caminar a todos lados y llevar una vida normal. Vendía calzado traído desde Cúcuta en el centro comercial San Felipe, pero hace cinco años todo se vino a menos por su deterioro físico y decidió cerrar el negocio. “Gracias a la situación y la enfermedad dejé de trabajar. La falta de medicamentos me impidió seguir trabajando, porque yo me lo ponía semanal como era, después no y me fui deteriorando”. 

Primero fue un dolor intenso en la cadera, tanto que le costaba estar de pie. Después fueron las rodillas y tobillos, hasta que se encadenó a la silla de ruedas. Para Adán, estar en su condición es lamentable. Se considera un hombre joven y con ganas de seguir dando la cara por su familia, pero la voz se le quiebra cuando siente la muerte cerca. “Yo me defendía, pero por no tener medicinas perdí mi vida”.

Sin futuro 

Con tres hijos y un nieto, el vendedor dice que tuvo que resolver de alguna manera el pan diario para su familia. Para él, su esposa es el apoyo. “Teníamos un carro por puesto y lo tuvimos que vender por la situación, con el dinero pusimos un negocio en la casa para medio sobrevivir. También dejo mercancía fiada y con eso me defiendo”.

La vida de Adán dejó de ser dinámica. Debe estar lo más tranquilo posible y ser muy prudente para prevenir accidentes. “Tengo que evitar los peligros porque si me pasa algo me desangro. Yo me coloco el factor VIII, que es el que medio hay. Ahorita están dando la reserva, pero hay que estar tranquilos en casa porque si nos pasa algo nos morimos”.

El trato en la farmacia de alto costo mejoró, confiesa el hombre, pero la falla en la profilaxis es cada vez más acentuada. “El procedimiento era demasiado inhumano. A mí me dejaban afuera en el carro porque no había silla de ruedas, me tocaba esperar hasta cinco horas por un tique para darme la medicina que al final venía falla, ahora hay una mejor atención, pero igual no hay medicina”. 

Adán está complicado, tiene un tumor en el hígado, un riñón no le funciona y la vesícula y articulaciones las tiene atrofiadas. Aún así solo le pide a Dios tiempo para seguir criando a sus hijos. “Tengo miedo por el futuro, porque gracias al Gobierno y al ministro de Salud nos estamos muriendo, ellos no deben saber ni siquiera qué es la hemofilia. Yo creo que voy a dejar a mi hija sola”.

 

AGREGADO

Ayuda

Adán vive junto a su familia en el barrio Guaicaipuro, en la parroquia Venancio Pulgar. Necesita una pensión por discapacidad y una silla de ruedas porque la que tiene es prestada. Si usted desea ayudarlo puede comunicarse por los teléfonos 04246380312 y 04146107164.

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