No son los nacimientos

La obvia e innata influencia de la madre hacia los hijos retrata el legado que ésta hace a la personalidad de su descendencia para bien o para mal

No son los nacimientos los que hacen a la madre de familia, sino sus buenas costumbres  - Neque natales matrem familias faciunt, sed boni mores - , así recogían los romanos la trascendental tarea de la mujer no solo como procreadora, sino como fuente de buenos ejemplos para el crecimiento moral y ciudadano de los hijos.

Las familias pudientes además encomendaban la educación de los hijos a grandes hombres que por sus conocimientos eran capaces de orientar el pensamiento y la proyección de las nuevas generaciones, siendo la educación formal un mecanismo vinculado a la élite social. Sin embargo no se podía obviar la estratégica influencia de la madre respecto de la moral y las buenas costumbres  en los hijos de Roma. La obvia e innata influencia de la madre hacia los hijos retrata el legado que ésta hace a la personalidad de su descendencia para bien o para mal. 

Es que era obvio y connatural el apego de los hijos a la madre salvo que se les separase de pequeños de ella y  se encomendara la tarea de la su educación al “nutritor” exclusivamente hasta la pubertad.   

Y es que en el hogar es donde los hijos reciben el patrón por cuya conducta se sabe qué clase de ejemplos han recibido de su padre o de su madre y en todo caso de quién logró influenciar primordial o exclusivamente  a los hijos por compartir con ellos el mayor tiempo o por haber logrado hábilmente apropiarse de su atención.

Pero siendo la madre la figura principal del apego, se entiende la notable influencia que ésta ejerce sobre los hijos y en ello la percepción de la vida y la manera cómo abordarla desde la visión que ésta diseña en su descendencia. Aunque innegable es que el niño o niña puede establecer vínculos de apego con otras personas es inevitable concluir que la madre es determinante y preponderante como la inmediata fuente de ejemplos para con los hijos. 

Aunque ambos, padre y madre laboren fuera del hogar, hay un vínculo muy estrecho de esta para con sus hijos y máxime cuando la madre sea quien mayor tiempo comparta con ellos.

Los hijos son hechos a la imagen y semejanza de quien los cría, aunque existen situaciones especiales que se escapan de lo que normalmente se esperaría. Y no todo lo que se ve y se aprende en el hogar es bueno, correcto y decente, aunque debería serlo. 

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