
El caso destapado por este rotativo ayer, no tuvo final feliz. El goleador del Adecuación 2015 se cae del viaje a La Paz por una increíble descoordinación logística entre su club y la selección venezolana
El nombre de Manuel Arteaga, actual hombre gol del campeonato local, retumbó con fuerza a menos de 72 horas del trascendental partido entre Venezuela y Bolivia en La Paz. Su “extraña” ausencia durante la última semana y media de entrenamientos de la selección nacional en el CNAR (Margarita) fue destapada por La Verdad, en su edición de ayer -martes 10 de noviembre-, haciendo estallar una bomba, cuya explosión habría querido ser retrasada de forma inexplicable.
Teniendo las versiones de la selección venezolana y del Zulia FC en el tapete, el máximo artillero del torneo Adecuación 2015, decidió ofrecer su visión completa de los hechos, una postura que fue compartida ayer a este rotativo.
“Me sorprende las declaraciones de Napoleón en las que dice que yo dije que el club no me dejaba ir a la Vinotinto. Ellos querían que yo estuviera allá, y obviamente yo también quería estar”, sentencia Arteaga, cuyo debut con la Vinotinto en Eliminatorias parecía más que factible, toda vez que su promedio anotador en el certamen patrio (0.77 goles por encuentro) le había metido de lleno en la convocatoria.
Los hechos
“Todo comenzó después de Carabobo”, declara Arteaga Rubianes. “Recibí una llamada de Centeno el sábado antes del partido, en la que me dijeron que habían llegado a un acuerdo con el equipo y le dije que me parecía muy bien, pero que antes de yo moverme tenían que comunicarlo al club. Me dijeron: ‘Ok, vamos a hablar con el club’. Al día siguiente (domingo) solo pensaba en el partido de Zulia. Así que no toqué el tema. En la noche pregunté al club que sí habían llamado y me dicen que no y me devuelvo a Maracaibo”.
“Cuando llegó a Maracaibo vuelvo a preguntar al equipo: ‘¿Mira, qué pasó?’. ‘No, no sabemos nada’, me responden. En la mañana del lunes me levantó preocupado porque sabía que tenía que viajar. A las 12:30 del mediodía me llama Napoleón y me dice: ‘¿Qué pasó?’. ‘Estoy en Maracaibo’, respondo. Él me dice: ‘¿Por qué no estás en Margarita?’, yo le digo que no tengo pasajes. ‘Tú tienes que revisar tu correo, ahí te puse los pasajes’, me responde “Napo”. Le digo ‘ok, pero tú tienes que preguntarme a mí si me llegó el correo, no soy adivino’. El jugador prosigue su relato explicando que Napoleón le comentó que hablaría con el cuerpo técnico del combinado patrio y que, posteriormente, se pondría en contacto con él.
“Centeno no me llamó más”, confiesa el delantero, de 21 años. “Más tarde le vuelvo a llamar y me dice que no le contestaron. Dos horas más tarde le envié un mensaje al Whatsapp y no obtuve respuesta. El martes en la mañana, seguía preocupado y vuelvo a preguntar: ‘Napo, ¿qué pasó?’, él me deja en azul, lee y no me responde. Sigo preocupado y consigo el número de José Manuel Rey (AT de la selección), lo llamó, le cuento todo lo sucedido. Él me pone en contacto con el profesor “Chita” y le digo: ‘Profe, yo quiero estar allá. No crea que no quiero, simplemente hay una falta de coordinación. Entonces, el “profe” me responde que yo ya tenía que estar allá. Y me dice: ‘Bueno, lo hablaré con el CT para ver qué pasa y entre hoy y mañana te aviso’.
“Pero el martes fue la última comunicación que tuve con ellos (selección) hasta hoy (ayer)”, cierra así Arteaga su versión de lo acontecido.
Futuro inmediato
En referencia a su futuro inmediato, el “9” del "petrolero" se mostró tajante. “Si me llaman hoy (ayer) y me dicen vente, me muevo hasta allá y me pongo a disposición de la selección de una vez. Estoy a la espera, tengo el teléfono en la mano”, tiró el ariete marabino cerca de las 4 pm. Al cierre de esta edición, ese llamado no llegó.
“Por supuesto que voy a ver el juego de la selección y voy a ligar que ganen, como siempre”, cerró el centro delantero con mejor presente del patio. Parece inaudito que una incomunicación entre la institución negriazul y la selección patria, en plena “era de las comunicaciones” le hayan apartado de un choque de enorme trascendencia, en el que, dicho sea de paso, el zuliano, por presente y características, tenía altas probabilidades de ser titular.