Si el referendo revocatorio es en el 2017, destituyen a Maduro, le echan la culpa de todo lo malo, nombran a otro secuaz y sigue la destrucción hasta 2019, dando tiempo a que el resto de la clase media se vaya y a que cierta recuperación minimice a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y a la oposición
Debe quedar claro que este es un gobierno comunista cuya finalidad es convertirnos en otra Cuba. La traqueada frase de Giordani lo define: “A los pobres hay que mantenerlos pobres… Si acabamos con la pobreza, pasan a clase media y serán el enemigo a combatir. Y esa transformación toma al menos 30 años etc., etc.
Y lo han logrado. Acabaron con la empresa privada y se dedicaron a embrujar, mediante la limosna y la mentira a las masas incultas que representan el 70 por ciento de la población. Lo que ocurrió fue que se les acabaron los petrodólares y el encantador de serpientes murió, y “amor con hambre” no dura. Están desesperados porque ya no son mayoría, pero aún tienen el control absoluto del poder y del ejército.
Lo que la oposición percibe como errores garrafales del socialismo como la pérdida del 60 por ciento de los puestos de trabajo, ellos lo toman como una victoria ya que solo les queda por acabar con el 40 por ciento restante. Como escribe Thays Peñalver. Cuando se anuncia que han cerrado dos tercios de las industrias, ellos celebran que apenas les queda un tercio por destruir. ¿Que han emigrado el 60 por ciento de los médicos?, eso significa un rotundo éxito, haber desmantelado la mentalidad “capitalista” de la medicina venezolana.
De modo que no hay posibilidad de diálogo porque no van a renunciar al comunismo. Ni el revocatorio ni las elecciones locales van este año, no porque no dé tiempo, sino porque así lo dispuso “legalmente” el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Si el referendo revocatorio es en el 2017, destituyen a Maduro, le echan la culpa de todo lo malo, nombran a otro secuaz y sigue la destrucción hasta 2019, dando tiempo a que el resto de la clase media se vaya y a que cierta recuperación minimice a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y a la oposición.
Habría que presionar a los militares, quienes están en situación muy vulnerable y con un futuro incierto, para negociar una renuncia en vez de un referendo, como una salida hacia la recuperación del país. Intimidar con prontuarios penales a tanto delincuente en el Gobierno (incluyendo a los generalotes), recordándole que ciertos delitos no expiran. Utilizar todos los mecanismos constitucionales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), pero no seguir perdiendo tiempo esperando un referendo y unas elecciones, que si todo sigue igual, no van. Que oiga quien tiene oídos.