Desde 1998 hasta el presente año, el país ha sido sometido a un modelo de gobierno socialista, y durante este período se ha impuesto un control político y social, trayendo graves consecuencias en reiteradas violaciones a la Constitución
El éxodo venezolano en busca de una vida digna y la brecha de la desigualdad profundizada continuamente, suma cada día más y más personas al territorio de las mayorías de venezolanos empobrecidos. Hablamos de millones de personas que sobreviven con 60 bolívares al día, si a eso se le puede seguir llamando vivir, cuando un pan por ejemplo cuesta 160 bolívares, y un cartón de huevos mil 500 bolívares. ¿Cuándo vamos a soñar y pensar en el país que queremos para el transcurso de los próximos años?, y cuándo vamos a retornar a la vigencia de la Constitución y de la democracia?
¿Cuándo vamos a construir un sistema jurídico que garantice los derechos humanos?, cuándo vamos a recuperar las instituciones?, pasando por el nombramiento de un nuevo CNE, para la organización de elecciones generales competitivas y transparentes; la garantía de una mayor libertad de información; la garantía de nuestras libertades, de legalizar los partidos políticos, construyendo la unidad de las fuerzas democráticas a lo largo y ancho de toda Venezuela. Y dar respuesta y atención urgente con ayuda humanitaria a la población venezolana.
Desde 1998 hasta el presente año, el país ha sido sometido a un modelo de gobierno socialista, y durante este período se ha impuesto un control político y social, trayendo graves consecuencias en reiteradas violaciones a la Constitución, violación sistemática de los derechos humanos, miles de muertos, casos de torturas, exiliados y millones de personas forzadas a emigrar a otras naciones en busca de una vida digna.
De allí la importancia de la apertura y unidad del liderazgo político, en ponerse de acuerdo sobre las reglas constitucionales para la transición, la organización y la activación de la sociedad civil en una sola dirección, que permita el cambio y el progreso hacia la normalización de la institucionalidad democrática en Venezuela.
Es una tarea que debemos asumir, la de lograr nuevamente la renovación y el normal funcionamiento de todas las instituciones del Estado a nivel nacional, regional y municipal. Que permita recuperar la paz y la tranquilidad de los venezolanos, sin crear falsas expectativas, generando las condiciones necesarias para que el nuevo gobierno de unidad nacional, pueda ejercer su mandato de forma eficaz desde el principio, procurando aliviar el sufrimiento del pueblo, brindando oportunidades, desarrollo y bienestar a los venezolanos, porque de lo contrario, corremos el grave riesgo de sucumbir en la disconformidad ciudadana contra el nuevo gobierno y la refundación de la democracia.