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En la vía principal de La Rinconada, barrio Enrique Márquez de la parroquia Antonio Borjas Romero, un dúo delictivo terminó con la vida de Norvaes de la Trinidad Morales Romero, de 53 años, al propinarle un disparo en la cabeza.
Sus familiares contaron que como era costumbre, Morales abrió su venta de víveres Lisbeny a las 7.00 de la mañana del pasado viernes. Tras un agotador día, a las 6.30 de la tarde se dispuso a cerrar. Después de que los clientes se retiraran del establecimiento, el comerciante se dispuso a contar las ganancias y fue en ese momento que llegaron dos homicidas en una moto.
Uno de ellos se bajó, ingresó a la tienda y sin mediar palabras le disparó al propietario para luego huir con su compinche. Los hijos de Morales estaban esperando a su padre para cerrar la licorería La Máxima, un local vecino que también pertenece a la familia. Ambos hermanos y su madre se asustaron al escuchar la detonación y corrieron exaltados hasta la salida de la tienda Lisbeny, pero al llegar encontraron el cuerpo de su padre en el suelo con un disparo.
En medio de la desesperación, lo trasladaron al Hospital Universitario de Maracaibo, donde murió a los 10 minutos de su ingreso. “Nadie vio la moto, todo pasó muy rápido. Escuché primero el tiro y después los gritos de la esposa de Norvaes”, contó Alba Campos, una trabajadora del sector, quien además agregó que en la barriada hay mucha delincuencia. La mujer aseguró que este es el tercer asesinato perpetrado en La Rinconada, en lo que va de año.
Trascendió que al propietario de los locales no le quitaron el dinero de caja ni sus pertenencias, tampoco recibió amenazas ni extorsiones. Estos datos se encuentran bajo investigación, por parte de la Policía científica. Los detectives a cargo del caso no han determinado el móvil del crimen.
Norvaes de la Trinidad Morales Romero (53): tenía ocho años laborando en sus locales. Vivía con su esposa en el sector San Isidro y dejó ocho hijos.