Conocer con exactitud el uso de cada uno de los diferentes signos de puntuación es fundamental para una buena redacción
Llamamos, escolarmente, isónimas las palabras que proceden de una misma etimología (del griego isos, ‘igual’ y onoma, ‘nombre, palabra, vocablo’). Ellas presentan formas parecidas y significados relativamente aproximados. Conocerlas es de vital importancia para los hablantes prudentes y, por supuesto, para los redactores cuidadosos. He aquí una lista de veinte parejas: laicus – laico – lego; lambere – lamber – lamer; lanceare – lancear – lanzar; lapsus – lapsus – lapso; latinus – latino – ladino; legalis – legal – leal; legitimus – legítimo – lindo; levare – levar – llegar; liberare- liberar – librar; ligare- ligar – liar; limes, -itis – límite – linde; limitare – limitar – lindar; limpidus- límpido – limpio; litigare – litigar – lidiar; macula – macula – mancha. En próximas Notículas seguiremos revisando esta útil, aunque pesa, lista.
Conocer con exactitud el uso de cada uno de los diferentes signos de puntuación es fundamental para una buena redacción. Nos referiremos hoy al guion ( – ), (según las nuevas reglas ortográficas no se tilda), y a su uso.
El guion debe ser usado cuando en los textos manigrafiados o mecanografiados una palabra no cabe íntegra en un renglón y es necesario dividirla para terminarla en el renglón siguiente: Cantim-plora, aza-har, amorti-guáis, aé-reo, etc.
Cuando es necesario unir dos o más gentilicios que no están confundidos e indican oposición o contraste: Guerra árabe-israelí, enfrentamiento ruso-estadounidense, tragedia serbio-kasovar, etc.
Igualmente, para distinguir los elementos de algunas voces compuestas o amalgamadas: Actividades teórico-prácticas, intereses agrícola-pecuarios, realizaciones socio-culturales.
Hablar de Estado narcotraficante, como se ha hecho lamentablemente tan común en los últimos tiempos, es una incorrección que debe evitarse. El Estado es una entidad compleja integrada, cuando menos, por tres estamentos igualmente complejos: el territorio, los habitantes y el gobierno. Sacando naturalmente el territorio, es difícil concebir que los otros dos estamentos sean íntegramente narcotraficantes. Debe especificarse, pues: Claques militares, ministerios o ministros, funcionarios o fuentes de poder, sectores de la sociedad, ciudadanos, comerciantes, bandas, grupos organizados, etc., dedicados al narcotráfico.