Ahora
Continuamos recorriendo el largo y espinoso camino de revisar el cúmulo de errores vulgares que afean y desdicen mucho de nuestros medios audiovisuales.
Cuando tuvimos el honor de impartir el taller Buen Uso del Español para los miembros de la Academia de Historia y catedráticos invitados de Urbe (sábado, 1-4-2017), pusimos especial énfasis en presentar los diferentes casos en que el gerundio aparece mal utilizado en la expresión española oral y escrita. Posteriormente, algunos de los asistentes, muy interesados en el asunto, nos hicieron saber lo útil que hubiera sido presentar un cuadro detallado de su uso correcto. Siendo que, en efecto, es el gerundio la parte oracional de más difícil uso, no por cierto solo para los hablantes comunes sino aún para la gente instruida y con mucha práctica redactoral, nos disponemos a hacer una breve revisión, aún a riesgo de resultar repetitivos pues es asunto que en otras oportunidades hemos tocado con bastante detenimiento. No nos desvela, por lo demás, la originalidad. El único propósito de estas Notículas, bien se sabe, es que sean útiles y orientadoras.
El gerundio conforma, junto con el infinitivo y el participio, los derivados o formas infinitas, no personales, de la conjugación verbal. Él expresa la significación en abstracto, a la manera de un adverbio, porque suele representar el modo, condición, motivo o circunstancia como sucede la acción del verbo principal con el cual se construye: Venía cantando, estoy escribiendo, diciéndolo tú, lo creo. Y esta es la primera nota correctiva: como es una forma no personal, por sí solo no alcanza a expresar sentido, adquiere sentido cuando forma parte de una oración compuesta o cláusula regida por un verbo en forma personal. Si decimos: oyendo música, se transmite una idea, pero no un sentido. No hay remisión a ningún sujeto, aunque oyendo funcione como núcleo verbal de un predicado que tiene un complemento directo: música.
Esta proposición adverbial adquiere sentido, transmite mensaje, si la insertamos en un conjunto expresivo con un verbo en forma personal: Pedro estaba oyendo música. Ahora tenemos una oración compuesta subordinada adverbial. Pedro es el sujeto tanto del verbo estaba como del gerundio oyendo. En próxima Notícula invitaremos a los lectores a la revisión de muchos ejemplos.