Notículas de Español

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Se ha hecho en Venezuela una generalizada costumbre llamar al andragogo que imparte un curso o dirige un taller para empleados, trabajadores o participantes adultos, facilitador. Facilitador es el que facilita o hace posible la ejecución de una cosa o la consecución de un fin

Seguimos revisando las incorrecciones más frecuentes en el habla popular venezolana y zuliana:

-Esta es la onceava asamblea. Expresiones como esta se oyen frecuentemente en los ambientes organizacionales y también: Esta es la once asamblea. Mensajes como estos  identifican a hablantes descuidados, a los que no les ha interesado para nada distinguir la clasificación de los adjetivos numerales en cardinales, ordinales y partitivos. La escuela debe ser cuidadosa en fijar esta sencilla enseñanza: Cardinales son los adjetivos determinativos que nos sirven para contar: Las asambleas tres, nueve y once. Los ordinales, los que nos indican la posición de los objetos con respecto a quien habla: Las cuarta, octava y undécima (o décima primera) asambleas. Obsérvese que si se dice primero el sustantivo y a continuación el determinativo, este será, por fuerza, un adjetivo numeral cardinal: La puerta tres, el sillón cinco, la asamblea once; pero si nombra primero el adjetivo numeral y luego el sustantivo, es de rigor que sea un ordinal: La tercera puerta, el quinto sillón, la undécima asamblea. Los adjetivos partitivos expresan la división de un todo en partes: La cuarta parte, la onceava parte, la parte doceava. Bien claro debe estar que hablando de asambleas, promociones u homenajes no cabe el empleo de partitivos.

Fue el facilitador del curso. Se ha hecho en Venezuela una generalizada costumbre llamar al andragogo que imparte un curso o dirige un taller para empleados, trabajadores o participantes adultos, facilitador. Facilitador es el que facilita o hace posible la ejecución de una cosa o la consecución de un fin. Es un adjetivo activo, comúnmente utilizado como sustantivo, que reemplaza en el cuadro de la conjugación del verbo facilitar (del latín facilis) al inexistente o no usual facilitante. Ninguna remisión  hay en el verbo facilitar al hecho educativo. No existe tradición documental de que al educador, en alguno de los peldaños del sistema, haya sido llamado facilitador en siglos pasados.  Designarlo así es una tendencia recentísima, pues solo aparece en las últimas décadas del siglo XX.

Muchos nombres ha recibido a través del tiempo: Maestro, profesor, catedrático, andragogo, pedagogo, educador, instructor, orientador, docente, guía… El adulto ya está bien o mal educado. El andragogo instruye. Instructor es su nombre justo

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