Como la mayoría de los adverbios, se sustantiva en el juego expresivo: el no, un no, los noes, unos noes; de la misma manera que se habla de un sí, de unos síes, del sí, de los síes. Siendo tan precisa y clara su función, es sin embargo fuente de muchos errores en el habla común. En el ejemplo que encabeza el texto es una palabra que disminuye, que quita valor al sujeto
Continuamos revisando las incorrecciones más frecuentes en el habla popular venezolana y zuliana:
-No… Yo vine con los muchachos. No es un claro y preciso adverbio de negación. Se utiliza como respuesta negativa a una pregunta, con expresión de rechazo o no conformidad, etc. Se opone, es la contraparte de sí. Como la mayoría de los adverbios, se sustantiva en el juego expresivo: el no, un no, los noes, unos noes; de la misma manera que se habla de un sí, de unos síes, del sí, de los síes. Siendo tan precisa y clara su función, es sin embargo fuente de muchos errores en el habla común.
En el ejemplo que encabeza el texto es una palabra que disminuye, que quita valor al sujeto. Los que vienen son los muchachos, ellos tendrán sus claros motivos, yo solo vine a acompañarlos. Así oímos en la biblioteca: Y usted, ¿qué desea? No… solo busco un libro de geografía; En la farmacia: No… solo busco un veneno para las ratas; En las oficinas: No… solo vine a esto o a aquello.
El hablante debe acostumbrarse a eliminar ese no que le quita fuerza, personalidad, que lo disminuye, que lo hace poco menos que invisible. Dígase con sencillez: Vengo con los muchachos, Busco un libro de geografía, Necesito un veneno contra las ratas, Vine a cobrar este cheque…
Son muchos y frecuentes los errores que con el no se cometen. Por respeto al espacio. Nos limitaremos a señalarlos y a indicar la mejor manera de corregirlos-.
-El no repetitivo: El taxista dice: No abra la puerta hasta que el taxi no se haya detenido completamente, en lugar de: hasta que el taxi se haya detenido; No pase hasta que no lo llamen, en lugar de: No pase hasta lo llamen.
– No más, por nada más: No más lo sepas, me llamas. En lugar de: Nada más lo sepas, tan pronto lo sepas, me llamas.
– No obstante a saberlo; solecismo por: No obstante saberlo.
– No obstante de conocerlo; solecismo por: No obstante conocerlo.
– No se está obligado. Dígase: No está uno obligado. No es obligatorio.
– No tengo duda que; en lugar de: No tengo duda de que.
– Merece no más aplausos; en lugar: Merece solo aplausos.
– Pase, usted, no más. Siéntese, no más. Dígase, simplemente: Pase, usted. Siéntese.
– No importa el día. Mejor dígase: Uno cualquiera, el día menos pensado.