Son
Continuamos revisando las funciones de la forma se. Ahora nos referiremos a las oraciones impersonales.
En primer término, las impersonales unipersonales. Estas oraciones se pueden formular con verbos impersonales propios o impropios. Son verbos impersonales propios los que denotan fenómenos de la naturaleza, como: alborear, amanecer, anochecer, atardecer, diluviar, escarchar, granizar, helar, llover, lloviznar, nevar, relampaguear, tronar, etc., que en su acepción propia solo se usan en la tercera persona del singular, y en infinitivo. Estos verbos, comúnmente, forman oraciones de una sola palabra, porque llevan implícito el verbo y el complemento. Así decimos: llueve, amanece, relampaguea, etc.; pero pueden llevar adverbios y complementos circunstanciales: ahora amanece más temprano, llueve a cántaros, truena en la montaña. En estas oraciones se omite el sujeto, porque se entiende que, en un sentido recto, no puede ser más que uno: la naturaleza, el cielo. Por supuesto, en una segunda acepción, le damos la significación de estar o hallarse una persona o cosa en una determinada circunstancia cuando aparece el fenómeno, por eso deben formularse en pretérito: amanecí cansado (sujeto, yo); el patio amaneció mojado, anocheció sano y amaneció muerto, y se amplía la cobertura semántica en el plano figurado y retórico: cuando terminó, le llovieron los elogios, tronaron las protestas del pueblo, le relampaguearon los ojos por la emoción..
Unipersonales impropios se llaman otros verbos que, no siendo impersonales, pasan a serlo en ocasiones, como: ser, estar, concernir, importar, parecer, haber, hacer, etc, Así decimos: es temprano, está oscuro, conviene anunciarlo, parece imposible, hace calor, hubo fiesta, etc.
Y las oraciones impersonales de sujeto indeterminado que son aquellas cuyo sujeto existe, pero se calla por alguna razón. Se construyen con verbos transitivos o con verbos intransitivos. Ejemplos: Asesinaron a Fulano en Valencia. El sujeto existe. Alguien fue el asesino (sujeto), pero se desconoce o no quiere nombrársele; dicen que viene (alguien lo dice, pero no se nombra). Y aquí aparece la forma se, con su amplia cobertura semántica. Estas oraciones pueden, igualmente formularse: se asesinó a Fulano en Valencia, se dice que viene. La forma se es el signo de impersonalidad, y conviene que el verbo se plantee en singular, aunque el complemento esté en plural: torturaron a los estudiantes detenidos, se torturó a los estudiantes detenidos.