
Pablo
Pese al dolor que constantemente invade a los habitantes de esta pequeña población, Pablo Córdova tiene algo por lo que estar agradecido: ahora puede devolver el ataúd que su esposa había conseguido para su funeral.
El recepcionista de 51 años fue rescatado de los escombros 36 horas después de ocurrido el terremoto más poderoso que ha afectado a Ecuador en décadas.
Su esposa había perdido las esperanzas de verlo con vida luego de que el hotel El Gato, de cinco pisos, se desplomara sobre la cabeza de su marido la noche del sábado cuando un terremoto de 7,8 grados azotó la costa del centro Ecuador, derrumbó edificios de las ciudades costeras a diestra y siniestra.
Córdova sobrevivió calmando la sed con su propia orina y orando para que el servicio de telefonía móvil se restableciera antes de que la batería de su celular se agotara.
“¡Carajo, he vuelto a nacer! Pero mi mujer ya me estaba organizando el velorio”, bromeó Córdova, quien desde hace 20 años trabajaba los fines de semana en el hotel dónde él y cinco huéspedes se encontraban al momento del terremoto. “Gracias a Dios tengo vida y un ataúd que debo devolver porque aún me falta mucho para morirme”.
“Soy al único que han encontrado vivo y creo que es un milagro”, agregó este hombre de bigote espeso y sonrisa fácil mientras contaba que bajos sus piernas encontró una linterna y “la batería de mi viejo celular, que me duró porque lo apagaba, hasta que por fin el lunes encontré señal y pude llamar a decir que estaba vivo. Por suerte tenía saldo en el teléfono”.
Su esposa, Sonia Zambrano, asiente cómplice, pero aún sin salir del asombro dice: “ya lo hacía muerto”.
480 fallecidos
El viceministro del Interior, Diego Fuentes, en una actualización de las cifras de las víctimas, dijo que se han registrado 480 fallecidos, según consta en una plataforma creada por las autoridades.
El presidente Rafael Correa, mientras cumplía una visita a los afectados de las zonas más golpeadas, dijo que “si salvamos una vida más todo esfuerzo que hemos hecho valdría la pena”.
Añadió que “luego nos preocupamos de la reconstrucción de viviendas y de la refinanciación de créditos. En el corto plazo todos los esfuerzos son destinados a salvar vidas”.
El mandatario había estimado las pérdidas causadas por el sismo “a grosso modo tres mil millones de dólares, tres por ciento del producto interno bruto y eso significa reconstrucción de años. Es una lucha larga por eso invito a no desanimarnos”. Señaló que una fase preliminar de reconstrucción del país tardaría entre dos y tres años.
Desde el lunes grupos de rescatistas de todo el mundo se dirigieron a la costa pacífica ecuatoriana en busca de sobrevivientes. Damnificados del terremoto, que se estiman en cientos de miles, se unieron a la búsqueda de sus seres queridos y escarban entre los escombros con sus propias manos, desesperados mientras las horas pasan y las esperanzas de encontrar cuerpos con vida se agotan.