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Los maestros levantaron su voz y se concentraron a las afueras de la Zona Educativa, donde entregaron un documento de peticiones a los representantes de Neuro Ramírez, máxima autoridad educativa en la región. El llamado a la Gran Protesta Nacional fue para los delegados sindicales, quienes llegaron desde las 8.00 de la mañana al recinto.
“Nunca nos habían pisoteado un derecho que nos compete”, expresó molesta Ana Rincón, una docente con 28 años de servicio en la educación nacional. Aunque los aumentos programados en el contrato colectivo para el magisterio serían fraccionados, ella estaba emocionada, pero hoy se siente burlada por el ministerio.
Para alimentarse y darle de comer a sus hijos, dicta clases particulares y hace “maromas”, puesto que el sueldo no le alcanza para mantenerse. “Soy madre y padre, todo me cuesta y ahora nos vienen a reducir el sueldo. Este año ni pensar en la Navidad”. Cansada de los atropellos a su ejercicio, se sumó ayer al llamado de la coalición magisterial.
Marlene Hernández, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros, hizo referencia a la sumatoria de los porcentajes pendientes en el incremento de sueldo frente a los decretos salariales designados por el primer mandatario. Recordó al Gobierno nacional que la Convención Colectiva Nacional es sagrada.
Respeto y cumplimiento
Por su parte, Rafael Rincón, coordinador de la coalición sindical del magisterio, enfatizó que este es el inicio de las acciones gremiales que ejercerá el profesorado entretanto permanezca la intransigencia del gabinete educativo. “Aquí no se termina la cosa”. Los movimientos de maestros del Zulia esperan por los lineamientos de las federaciones nacionales para pautar las próximas medidas de protestas.
Mencionó que los maestros adscritos al estado también reciben “los coletazos” del irrespeto contractual, puesto que la homologación afectará a todo el sector educativo. Los agremiados aseguraron que serán los vigilantes del cumplimiento.
Gualberto Mas y Rubí, representante del Sindicato Unitario del Magisterio Zuliano, destacó la escasa cobertura de 100 mil bolívares del HCM y el retraso de hasta seis años para el pago de las previsiones sociales. “Tenemos un Ipasme destruido, que no se compadece de la previsión social”. El deterioro de las infraestructuras escolares es un riesgo para la vida de los estudiantes, según el profesor. Alertó que 70 por ciento de los turnos vespertinos en las instituciones de la nación y del estado han cerrado.
200 delegados sindicales asistieron a la Zona Educativa.
Afectados
Adriana Rubio. Docente de plantel nacional. “Siempre que hay un aumento de sueldo, el del maestro queda por debajo. El dinero no alcanza y ahora nos quieren quitar lo que nos corresponde. Es una burla”.
Lennys Meleán. Maestra de escuela estadal. “Me siento defraudada. Vivo en Maracaibo y trabajo en Mara, gasto hasta mil bolívares diarios en pasajes y gano nueve mil bolívares quincenales. ¿Con qué como?”.