O negociamos o capitulamos

Recuperaremos la democracia si Gobierno y oposición buscan un punto de equilibrio con la participación del pueblo venezolano y la Fuerza Armada Nacional. Por ello en Venezuela o negociamos con inteligencia o tendremos que capitular ante un régimen usurpador e ilegítimo

El reto político-institucional de Venezuela de recuperar su carácter de República Democrática dentro del Estado de derecho, con legitimidad de origen y ejercicio del poder, corresponde liderizarlo a la Asamblea Nacional, único poder legítimo del Estado venezolano de hoy. Para ello requiere la participación activa de los ciudadanos investidos o no de autoridad, de las instituciones públicas y de la sociedad civil, de la Comunidad Internacional, y de la institución organizada por el Estado venezolano, que debe estar únicamente al servicio exclusivo de la nación, y no de persona o parcialidad política alguna: la Fuerza Armada Nacional. 

Enfrentar este reto no es tarea nada fácil. Se requiere de dos elementos que se complementan: en primer lugar, acordar un conjunto de acciones y pasos a seguir; y en segundo lugar, poner en práctica una estrategia inteligente para darle forma a una negociación en busca de un punto de equilibrio entre el Gobierno ilegítimo y la oposición, que permita lograr el objetivo buscado. 

Las acciones a seguir ya las comenzó a plantear la Asamblea Nacional, distribuidas en tres fases: a-) El cese de la usurpación del Poder Ejecutivo,  b-) El establecimiento de un Gobierno de Transición  y c-) La realización de elecciones libres y transparentes para recuperar la legitimidad de origen del Poder Ejecutivo y ajustarse a la Constitución. Para el logro de estos propósitos se ha planteado una Ley de transición, que permite renovar los poderes públicos y poner cese al problema de la usurpación. 

Se propone un Consejo nacional para la transición democrática, que debería acordar y coordinar las condiciones a seguir, y fundamentalmente el proceso de renovación y designación de los poderes usurpados y de los otros que ya son ilegítimos. Es aquí donde se quiere la negociación acertada con destreza y experiencia política. La salida a la crisis política que padecemos pasa por una negociación con el chavismo, tanto en su ala militar, como en la civil, con la ayuda de la Comunidad Internacional y de otras instituciones como la Iglesia. 

Hay que actuar racional y no emocionalmente. Se requiere mucha madurez. Para superar el reto político-institucional y devolver a Venezuela el Estado de derecho, se requiere aplomo y alta política y no medidas apresuradas de orden interno o externo. Recuperaremos la democracia si Gobierno y oposición buscan un punto de equilibrio con la participación del pueblo venezolano y la Fuerza Armada Nacional. Por ello en Venezuela o negociamos con inteligencia o tendremos que capitular ante un régimen usurpador e ilegítimo. 

 

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